Puntuación:
El libro ha recibido críticas abrumadoramente positivas, sobre todo en lo que respecta a su accesibilidad y profundidad a la hora de analizar el papel de la Virgen María en el cristianismo. Mientras que muchos lectores lo encuentran perspicaz y bellamente escrito, algunos críticos no católicos tienen dificultades con su atractivo y razonamiento.
Ventajas:Escritura sobresaliente, presentación accesible de María, estudio convincente tanto para católicos como para curiosos de las enseñanzas católicas, excelentes comentarios de eruditos de renombre y texto bellamente impreso.
Desventajas:No es especialmente útil para los no católicos, algunos consideran que el razonamiento está mal estructurado y puede que no sirva para el diálogo ecuménico.
(basado en 12 opiniones de lectores)
Mary, God's Yes to Man: Pope John Paul II Encyclical Letter, Mother of the Redeemer
Introducción del cardenal Joseph Ratzinger, comentario de Hans Urs von Balthasar.
La única encíclica del Papa Juan Pablo II sobre nuestra Santísima Madre, con introducción del Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Joseph Ratzinger, y comentario de uno de los principales teólogos católicos del mundo, Hans Urs von Balthasar. El magisterio supremo de la Iglesia y el representante de la reflexión teológica más penetrante de la Iglesia se combinan para ofrecer a todos los fieles un compendio rico y conciso de la Madre del Redentor.
El desarrollo del dogma mariano tradicional a la luz de los tiempos actuales lleva el inconfundible sello personal del Papa. Las tres partes de la encíclica (María en el misterio de Cristo, La Madre de Dios en medio de la Iglesia peregrina y La mediación materna) se nutren predominantemente de dos fuentes: La Sagrada Escritura y los documentos centrales del Concilio Vaticano II. Se hace especial hincapié en el ecumenismo. Lo que une a todos los cristianos con María resulta cada vez más claro: ella es el modelo de su fe.
Preparar el advenimiento del año 2000, el gran memorial del nacimiento de Cristo, es una preocupación fundamental de la encíclica. En la liturgia, el Adviento es un tiempo mariano: el tiempo en que María hizo sitio en su seno al Salvador del mundo y llevó en sí la esperanza y la espera de la humanidad. Celebrar el Adviento significa hacerse mariano, imitar el Sí incondicional de María, que es siempre de nuevo el lugar del nacimiento de Dios, la «plenitud de los tiempos».
� Joseph Cardenal Ratzinger
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)