Weeping at a Stranger's Funeral
Tan inquebrantable como elegante, la segunda colección de Gary L. McDowell, Weeping at a Stranger's Funeral, entona una elegía y una plegaria para todos nosotros. Punteadas por la marga e iluminadas por el asombro, estas letras elípticas deambulan y saltan, trazando con ternura un mapa de las limitaciones y luminosidades humanas. Los fragmentos cargados y los microrrelatos de McDowell giran en constelación hacia dentro y hacia fuera al mismo tiempo, hacia el descubrimiento y el retorno, el movimiento primigenio y paradójico del ser. La lectura de este libro me recuerda lo que me gusta de la poesía -Chad Sweeney Weeping at a Stranger's Funeral ha hecho lo imposible-, una odisea de la mente que es tan convincente como la homónima, sólo que McDowell nunca sale de casa. Sus barcos, hechiceras y dioses caprichosos son domésticos. En esta asombrosa empresa, el poeta contempla su vida, dirigiéndose a su imaginación,... emocionándonos con aforismos que traspasan y pervierten. "Las palomas no distinguen entre la noche y una visión de la noche", escribe McDowell. La diferencia no hace ninguna diferencia, sugiere, y eso es lo que hace que este libro, que es a la vez odisea y tapiz, sea poesía en estado puro. -Larissa Szporluk En estos asombrosos poemas trabajados en mosaico, Gary L. McDowell une los fragmentos cotidianos fracturados de las relaciones familiares y la pérdida, el lugar y el ritual doméstico.
En fragmentos paratácticos y brillantes non sequiturs, este arte del ensamblaje es a la vez recuperador e ilusorio, y al igual que los ceramistas japoneses tradicionales que engrandecían las líneas de falla dorando las grietas y roturas de las vasijas, los espacios entre las líneas fascinantemente atentas de McDowell en Llanto en el funeral de un extraño permiten la respiración, la luz, el río y el cielo. -Lee Ann Roripaugh La forma de contar una historia es dar vueltas alrededor de ella, relatando flashbacks y definiciones, interrumpiendo con flashes de noticias domésticas y pequeños factoides. También hay que tener en cuenta que la narración es el tiempo presente del relato. Lo que surja, en otras palabras. Estos ensamblajes, acumulaciones de detalles dispares (imágenes, citas de otros muchos textos), afloran en la mente como la VERDAD, ya que el lenguaje se abre camino a trompicones hacia la perspicacia y la autorrevelación. "Todas las mentiras tienen verdades básicas en común", escribe McDowell en Llorar en el funeral de un desconocido, un libro lleno de detalles certeros, malentendidos luminosos y aproximaciones que suenan portentosas. Ni una sola línea de esta colección de despachos deja de deleitar y asombrar. Los poemas de McDowell son sabios e hilarantes. No podía dejar de leerlos. -David Dodd Lee Gary L. McDowell es autor de Weeping at a Stranger's Funeral y American Amen (Dream Horse Press) y coeditor de The Rose Metal Press Field Guide to Prose Poetry (Rose Metal Press).
Vive en Nashville, TN, con su familia, donde es profesor adjunto de inglés en la Universidad de Belmont.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)