Las aguas marrones de África: La guerra fluvial portuguesa, 1961-1974

Opiniones de los lectores

El libro de John P. Cann presenta un relato histórico de los esfuerzos militares portugueses en África, con el objetivo de arrojar luz sobre un aspecto menos conocido de la historia militar. Aunque ha recibido elogios por su temática y la profundidad de sus detalles, también ha recibido críticas por cuestiones editoriales y falta de profundidad analítica.

El libro aborda un tema importante y poco representado en la historia militar, concretamente los conflictos coloniales portugueses en África, y ofrece valiosas perspectivas para los interesados en las estrategias y la historia militares. Está bien documentado y ofrece un relato detallado de las operaciones, mostrando la inteligencia y el valor de las fuerzas portuguesas. Algunos lectores lo consideran una lectura obligada para los estudiantes de historia colonial y africana.

Los críticos señalan problemas editoriales importantes, como la falta de fluidez lógica, numerosos errores fácticos (por ejemplo, ortografía incorrecta de términos clave, fechas) y la necesidad general de una mejor edición y cohesión. También se percibe una falta de análisis más profundo sobre la relevancia del enfoque portugués para las tácticas modernas de contrainsurgencia.

(basado en 10 opiniones de lectores)

Título original:

Brown Waters of Africa: Portuguese Riverine Warfare 1961-1974

Contenido del libro:

Durante la Segunda Guerra Mundial, Portugal jugó extraordinariamente bien sus cartas como país neutral y posteriormente se convirtió en miembro de la OTAN. Esta adhesión supuso la modernización de su armada y su integración en la Alianza Atlántica.

En 1960, cuando otras potencias coloniales abandonaban sus imperios, Portugal tomó la decisión de aferrarse a sus posesiones, ya que habían sido portuguesas durante más de 400 años. Sin ellas, Portugal se veía sólo como un pequeño país europeo, mientras que con ellas sería una gran nación. En última instancia, Portugal libraría una guerra debilitante de 13 años contra diversos movimientos nacionalistas en África para conservar sus posesiones.

A mediados de la década de 1950, se hizo evidente para la Marina portuguesa que lucharía en África, y comenzó a hacer preparativos.

En última instancia, realizaría una conversión casi total de la marina de agua azul u oceánica que apoyaba a la OTAN a una de agua marrón o fluvial para luchar en África. Esta es la historia de esa conversión y de la gran "batalla de los ríos" en África.

Esta reorientación naval constituyó un logro extraordinario, pues Portugal no sólo aprendió a luchar en un nuevo tipo de guerra, sino que construyó una marina para lograrlo y lo hizo al mismo tiempo que asumía sus compromisos con la OTAN. Al desarrollar una fuerza naval especializada, la Armada portuguesa previó claramente la enorme importancia económica, militar y psicológica de controlar las vías fluviales interiores de África, ya que la infraestructura era primitiva en todas partes. Aunque en general existía una red de carreteras que partía de la capital colonial, las principales rutas utilizadas clandestinamente por los insurgentes eran principalmente las vías fluviales.

La misión de la marina consistía en impedir que el enemigo utilizara estas vías de comunicación, y lo consiguió con gran éxito. Las lecciones de esta experiencia tienden a olvidarse, ya que esta guerra quedó eclipsada por el conflicto de Estados Unidos en Vietnam. Hoy, sin embargo, las operaciones fluviales están experimentando un renacimiento como reacción a la "guerra de los débiles".

Aunque las embarcaciones modernas son más avanzadas tecnológicamente y sus tripulaciones utilizan equipos y armas más nuevos y mejores, los problemas y sus soluciones siguen siendo en gran medida los mismos. El entorno operativo siguen siendo los ríos, bayous, salinas, canales, lagos y deltas que se extienden tierra adentro desde la costa.

La población sigue siendo un objetivo vulnerable, y la necesidad de establecer un entorno permisivo continúa siendo el objetivo principal. Evidentemente, el legado de la marina portuguesa de aguas marrones sigue siendo relevante hoy en día.