Puntuación:
El libro de Charles Alexander Eastman ofrece un relato de primera mano sobre el crecimiento de un niño nativo americano durante un periodo histórico tumultuoso. Aporta valiosos conocimientos sobre la espiritualidad, la cultura y las creencias del pueblo lakota, al tiempo que pone de relieve los retos a los que se enfrentaron los nativos americanos durante y después de la colonización europea.
Ventajas:El libro ha sido elogiado por su conmovedora y honesta narración, que ofrece una visión única e íntima de la vida de los nativos americanos. Los críticos aprecian sus cualidades espirituales e inspiradoras, así como su valor educativo en diversos campos como la literatura, la sociología y la historia. A muchos les pareció interesante y perspicaz, y contribuyó a una comprensión más profunda de la cultura nativa americana.
Desventajas:Algunos lectores consideraron que el estilo de escritura era anticuado e inusual, sugiriendo que podría haber sido alterado por la esposa del autor para los lectores blancos. Unas pocas críticas apuntaron a la falta de interés o compromiso con la narración, y algunos incluso la consideraron inabordable en las primeras páginas.
(basado en 33 opiniones de lectores)
Indian Boyhood
Charles Eastman, o Hakadah, como le conocían sus parientes sioux y compañeros de tribu, como niño indio de pura cepa aprendió los modales reticentes y las maneras estoicas de paciencia y valentía que se esperaban de todo joven guerrero en las décadas de 1870 y 1880. Las cacerías, los juegos y las ceremonias de su tribu nativa eran todo lo que conocía de la vida hasta que su padre, que había pasado un tiempo con el hombre blanco, vino a buscarle.
Indian Boyhood es el recuerdo de primera mano que Eastman hace de la vida que llevó hasta los quince años con los nómadas sioux. Huérfano de madre al nacer, cuenta cómo su abuela lo salvó de unos parientes que se ofrecieron a cuidarlo hasta que muriera. Fue esa abuela quien le cantó las nanas tradicionales indias destinadas a cultivar la valentía en todos los bebés varones, quien le enseñó a no llorar por la noche (por miedo a revelar el paradero del campamento sioux a tribus hostiles) y quien le explicó por primera vez algunas de las habilidades que necesitaría para sobrevivir de adulto en las tierras salvajes. Eastman recuerda al tío que le enseñó las técnicas de la caza y el camino de la guerra, y cómo su día empezaba con la primera luz del día, cuando su tío le despertaba del sueño con un grito aterrador, en respuesta al cual se esperaba que el joven se pusiera en pie de un salto, totalmente alerta, y saliera corriendo, arco en mano, para responder al grito que acababa de despertarle. Sin embargo, no toda la vida india consistía en adiestramiento y disciplina. En tiempos de abundancia, e incluso de hambruna, los niños indios tenían mucho tiempo para el deporte y los juegos de combate: las carreras, el lacrosse y la lucha libre eran conocidos por Eastman y sus amigos de la infancia.
Aquí también hay observaciones sobre el carácter, las costumbres sociales y la moralidad de los indios. Eastman describe los acuerdos tradicionales por los que la tribu se gobernaba a sí misma: su fuerza policial designada, los exploradores cazadores y guerreros, y su consejo tribal, y cómo la tribu mantenía a estos oficiales con una especie de impuestos. Eastman también incluye leyendas familiares y tribales de aventura, valentía y naturaleza que escuchó en la cabaña de Smoky Day, el historiador de la tribu. Pero los recuerdos del propio Eastman sobre los ataques de tribus hostiles, las huidas de los ejércitos del hombre blanco y los peligros de la caza rivalizan con las viejas leyendas a la hora de plasmar una visión de la vida ya perdida.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)