La fisiología del empleado

Título original:

The Physiology of the Employee

Contenido del libro:

Si el Tratado de la vida elegante de Honor de Balzac abordaba un pilar crucial de la modernidad -el modo en sí, la moda-, su Fisiología del empleado examina otra piedra angular igualmente potente de la era moderna: la burocracia y todos los engranajes que la componen. Mucho antes de que Franz Kafka describiera la pesadillesca metafísica de la burocracia de oficina, Balzac había emprendido su propia exploración del ambiente polvoriento y sofocante del chupatintas en todas sus funciones y disfraces.

La burocracia, como él la definía: un poder gigantesco puesto en marcha por enanos. En esta guía, publicada para el consumo masivo en 1841, el tema clásico de Balzac de la ambición melodramática se desarrolla dentro del espacio confinado e irrespirable del protocubículo, filtrado a través de la escala restringida del manual de bolsillo. Esta fisiología, modelo para novelas posteriores como Los burócratas y uno de los primeros textos significativos en abordar el creciente papel del burócrata, se lee como una guía de campo de observación de aves en su presentación de las diversas clasificaciones del empleado de oficina, desde el becario hasta el oficinista (las diez especies, desde Dapper hasta Bootlicker y Drudger), pasando por el director de oficina, el jefe de departamento, el oficinista y el pensionista.

Las denominaciones de los puestos pueden cambiar con el paso de los años, y tal vez el hecho de empujar papeles haya evolucionado hacia el reenvío de correos electrónicos, pero la taxonomía sigue siendo la misma. En nuestra crisis de empleo del siglo XXI, los puestos de trabajo siguen siendo en sí mismos una forma de moneda, y la pregunta sigue acechando: ¿cuándo llegará la hora de dejarlo?