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El libro «The Fall of the Faculty», de Benjamin Ginsberg, critica la creciente sobrecarga administrativa de las universidades estadounidenses, argumentando que socava el poder del profesorado y la misión educativa fundamental de estas instituciones. Las reseñas destacan la apasionada defensa que hace Ginsberg del profesorado, su crítica humorística pero mordaz del comportamiento administrativo y su llamamiento a que el profesorado reclame su papel en la gobernanza. Sin embargo, algunos lectores consideran exagerados sus argumentos y creen que pasa por alto la propia responsabilidad del profesorado en la situación actual.
Ventajas:⬤ Crítica que invita a la reflexión sobre el crecimiento administrativo en las universidades.
⬤ Escritura atractiva con humor.
⬤ Sólida defensa del papel del profesorado en la educación.
⬤ Bien documentado con buen uso de citas y datos.
⬤ Destaca el impacto perjudicial de la sobrecarga administrativa en la calidad y los costes de la educación.
⬤ Exagera los argumentos contra los administradores, cayendo a veces en el sarcasmo.
⬤ Falta profundidad en la exploración de las razones de la complacencia del profesorado y la complicidad en el crecimiento administrativo.
⬤ Algunos lectores consideran que sus soluciones son poco prácticas o poco realistas.
⬤ Ofrece una visión limitada de los retos más amplios a los que se enfrenta la enseñanza superior, más allá de las cuestiones administrativas.
(basado en 90 opiniones de lectores)
The Fall of the Faculty
Hasta hace muy poco, las universidades estadounidenses estaban dirigidas principalmente por sus facultades, que consideraban la producción intelectual y la pedagogía como las misiones fundamentales de la enseñanza superior. Hoy en día, como advierte Benjamin Ginsberg en este libro revelador y polémico, los decanos -administradores y funcionarios a menudo sin una formación o experiencia académica seria- están marcando la agenda educativa.
La caída del profesorado examina las consecuencias de la galopante plaga administrativa que asola las universidades del país. En la última década, las universidades han ido añadiendo cada año más administradores y empleados a sus nóminas, al tiempo que despedían a un número cada vez mayor de profesores a tiempo completo, posiblemente debido a los recortes presupuestarios. Otra ironía es que muchos de los nuevos administradores -no académicos- son gestores profesionales que restan importancia a la docencia y la investigación, como demuestra su incansable defensa de un plan de estudios banal. En consecuencia, se niega a los estudiantes una experiencia educativa más enriquecedora, definida por el rigor intelectual. Ginsberg también revela cómo las quejas legítimas de los grupos minoritarios y los activistas liberales, tradicionalmente defendidas por el profesorado, han quedado reducidas, en manos de los administradores, a piezas de ajedrez en un juego de política de poder. Al adoptar iniciativas como la discriminación positiva, la administración ganó
Con la adopción de iniciativas como la discriminación positiva, la administración ganó el favor de estos grupos y legitimó una táctica poco disimulada para reforzar su poder sobre el profesorado.
A pesar de lo preocupante de esta tendencia, hay formas de invertirla. The Fall of the Faculty esboza cómo podemos reformar el sistema para que los verdaderos educadores puedan recuperar su voz en la política curricular.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)