La alianza anglo-soviética: Camaradas y aliados durante la Segunda Guerra Mundial

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Título original:

The Anglo-Soviet Alliance: Comrades and Allies During Ww2

Contenido del libro:

Desde el inicio de la Revolución Bolchevique en Rusia en 1917 hasta la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941, Gran Bretaña disfrutó de una relación ambigua con la URSS y su pueblo. Todos los gobiernos de entreguerras estaban preocupados por los ideales comunistas del nuevo Estado y la amenaza que representaban para los intereses británicos dentro y fuera del país, y esto se reflejaba inevitablemente entre la población en general. Sin embargo, existía un Partido Comunista Británico bien establecido cuya fortuna estaba ligada a los éxitos y fracasos de la Unión Soviética.

La alianza en tiempos de guerra ofreció a los comunistas la oportunidad de ampliar su influencia y ganar apoyo electoral. ¿O no? Hubo influencias procedentes de ambos bandos que trataron de poner la importancia de la victoria aliada por encima de la ideología rival, coincidiendo en la necesidad de una alianza antifascista fuerte e incondicional. Se alcanzaron compromisos y se establecieron relaciones que al observador de antes de la guerra le habrían parecido realmente extrañas. Sin embargo, hubo tensiones durante toda la guerra. A mediados de 1945, la alianza se vio amenazada por diferencias que reflejaban ideologías originales que se habían ocultado durante el conflicto: éstas desembocaron en una Guerra Fría durante los 45 años siguientes.

Este libro, que utiliza tanto fuentes contemporáneas como análisis de posguerra, examina estas cuestiones junto a imágenes que nos trasladan a la época y nos ayudan a comprender sus entresijos. Comienza con una mirada a la oposición británica a la Revolución bolchevique y a la consolidación del Estado soviético bajo Lenin y luego Stalin. El cuerpo principal del libro detalla la Alianza en Tiempos de Guerra y las diversas formas en las que se manifestó: desde el préstamo y arrendamiento de material por parte del gobierno hasta la ayuda voluntaria a Rusia. Termina con las secuelas de la guerra y la división del mundo entre las influencias del capitalismo, por un lado, y el "socialismo realmente existente" de la Unión Soviética y sus satélites, por otro. Las tensiones y expectativas dieron lugar, entre otros grandes acontecimientos sociales, a la puesta en marcha del Estado del Bienestar, la desaparición del Imperio Británico, la carrera armamentística nuclear y, en última instancia, el fin de la Unión Soviética en 1991.