Joseph Locke: Ingeniero civil y constructor de ferrocarriles 1805 - 1860

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Título original:

Joseph Locke: Civil Engineer and Railway Builder 1805 - 1860

Contenido del libro:

La mayoría de los historiadores reconocen la labor de tres ingenieros como los hombres que hicieron que el ferrocarril pasara de ser unas lentas y pesadas líneas de mina a convertirse en unas rápidas rutas interurbanas. Dos son muy conocidos: Robert Stephenson e Isambard Kingdom Brunel.

El tercero fue Joseph Locke, a quien hay que reconocer una contribución tan importante como la de los otros dos. La familia Locke había sido administradora y supervisora de minas de carbón durante muchas generaciones y Joseph, una vez completada su rudimentaria educación en la Barnsley Grammar School a la edad de trece años, parecía destinado a seguir sus pasos. Sin embargo, a los diecinueve años fue contratado como aprendiz por un viejo amigo de su padre, George Stephenson, y enviado a la nueva fábrica de locomotoras de Newcastle.

Su entusiasmo y sus ganas de aprender pronto le valieron un ascenso, y se convirtió en un valioso ayudante de maquinista en la prestigiosa Liverpool & Manchester Railway. Durante su estancia allí, escribió un panfleto con Robert Stephenson en el que defendía las locomotoras de vapor y tuvo la embarazosa tarea de corregir los cálculos de un túnel que se estaba construyendo bajo la supervisión directa de George Stephenson. Tras su inauguración, pasó a trabajar en el Grand Junction Railway, al principio junto a Stephenson y no como su ayudante.

Pero al poco tiempo se pelearon y los directores entregaron toda la obra al control de Lockes. Fue el punto de inflexión de su vida. Locke continuaría como ingeniero jefe en algunas de las líneas más importantes de Gran Bretaña, y su reputación creció hasta el punto de que también era solicitado para trabajar en Europa continental, construyendo grandes rutas en Francia, los Países Bajos y España.

Se convirtió en un hombre rico, adquirió la mansión de Honiton, en Devon, y ocupó un escaño en el Parlamento como diputado liberal por esa circunscripción. Recibió muchos honores a lo largo de su vida y murió de vacaciones en Escocia en 1860, a la edad de cincuenta y cinco años.