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El libro ofrece un relato detallado de la defensa de las Fuerzas Aéreas holandesas durante la invasión alemana de los Países Bajos en 1940, destacando la inesperada resistencia que ofrecieron frente a un enemigo superior. Arroja luz sobre un aspecto de la Segunda Guerra Mundial que a menudo se pasa por alto, destacando la valentía y eficacia de las fuerzas holandesas en una situación difícil.
Ventajas:Bien documentado, con amplios detalles tanto a nivel estratégico como táctico, apoyado por fotografías de época, mapas y diagramas. Es educativo y ofrece nuevas perspectivas sobre los esfuerzos de defensa holandeses, retratando la eficacia de su fuerza aérea y estrategia militar. La narración es atractiva y mantiene el interés del lector.
Desventajas:El libro tiene una estructura larga que puede resultar lenta para algunos lectores. Carece de tabulaciones de rendimiento de ciertos aviones importados utilizados por los holandeses. Algunos lectores pueden tener la sensación de que se trata de un folleto detallado más que de un libro completo.
(basado en 13 opiniones de lectores)
Holland 1940: The Luftwaffe's First Setback in the West
La historia de cómo la Luftwaffe planeó noquear Holanda en una campaña quirúrgica y relámpago, pero en lugar de ello sufrió heridas contra los superados en número pero eficaces holandeses que llegarían a perseguirles en la Batalla de Inglaterra.
Desde la perspectiva del Alto Mando alemán, su invasión de los Países Bajos el 10 de mayo de 1940 debía ser un golpe quirúrgico relámpago, destinado a apuntalar el flanco derecho del asalto masivo de la Wehrmacht a Francia y Bélgica. En una audaz maniobra, la Luftwaffe alemana lanzaría lo que en aquel momento era la mayor operación aerotransportada de la historia, calculando que la sorpresa y la rapidez anularían la necesidad de una larga campaña terrestre o de un gran número de tropas de tierra, utilizando paracaidistas y tropas de desembarco aéreo para capturar puntos estratégicos clave que despejarían el camino para la posterior capitulación de la principal ciudad holandesa y del propio gobierno. Se esperaba que toda la operación durase sólo 24 horas. La campaña real resultó ser mucho menos eficiente y tuvo resultados devastadores para la Luftwaffe.
Los Países Bajos poseían la primera red antiaérea totalmente integrada de Europa, coordinada desde un mando central, así como aviones modernos y competitivos. Además, los holandeses no fueron cogidos por sorpresa el 10 de mayo de 1940, como suele suponerse en la mayoría de las historias, gracias a los esfuerzos de los servicios de inteligencia holandeses y a un temprano sistema de radares. A finales del 10 de mayo, sólo se habían alcanzado algunos de los objetivos alemanes y la batalla en los cielos holandeses y por los aeródromos holandeses se estancó durante cuatro días más. Finalmente, el quinto día de la invasión, con su estrategia de precampaña habiendo fracasado en gran medida, la Luftwaffe recurrió al bombardeo de terror de Rotterdam en un intento desesperado y exitoso de obligar al gobierno holandés a capitular. Aunque la Batalla de los Países Bajos puede considerarse una victoria táctica para Alemania, desde el punto de vista estratégico debe considerarse la primera gran derrota de la Luftwaffe.
Explicando las capacidades técnicas y los planes de campaña de ambos bandos, y trazando cómo se libraron las batallas, este fascinante libro reexamina y reevalúa esta parte poco conocida de la Segunda Guerra Mundial. El analista de aviación de habla holandesa Ryan Noppen sostiene que, si bien la campaña aérea contra Holanda fue una victoria táctica para Alemania, la capacidad de los holandeses, bien preparados pero en inferioridad numérica, para infligir grandes pérdidas fue una advertencia de lo que vendría cuando la Luftwaffe lanzara la Batalla de Inglaterra.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)