Puntuación:
El libro «Extranjeros residentes» presenta la perspectiva de un filósofo académico sobre la política migratoria, abogando por la eliminación de las fronteras y considerando la libre circulación como un derecho humano fundamental. Aunque trata de profundizar en el debate migratorio y presenta una perspectiva humanitaria, el libro tiene problemas de organización, profundidad argumental y aplicación práctica de sus ideas.
Ventajas:La traducción es bastante buena y evita el exceso de jerga. La autora ofrece un punto de vista humanitario y distingue su perspectiva de otras filosofías. El libro contribuye a la compleja cuestión de la migración e invita a los lectores a pensar de forma crítica sobre el tema.
Desventajas:El libro es demasiado largo y está mal organizado, lo que dificulta su lectura. Presenta suposiciones poco desarrolladas y ejemplos abstractos que pueden no calar en un público no académico. Carece de soluciones prácticas para mantener la democracia en un contexto de fronteras abiertas y no ofrece un apoyo adecuado a sus afirmaciones.
(basado en 2 opiniones de lectores)
Resident Foreigners: A Philosophy of Migration
Desde las costas de Europa hasta la frontera entre México y Estados Unidos, la migración masiva es uno de los problemas más acuciantes a los que nos enfrentamos hoy en día. Pero, al mismo tiempo, los llamamientos a defender la soberanía nacional son cada vez más virulentos, y los que huyen de la guerra, la persecución y el hambre son vilipendiados como una amenaza a nuestra seguridad y a nuestro orden social y económico.
En este libro, escrito en medio del oscuro resurgimiento de los llamamientos a defender "la sangre y el suelo", Donatella Di Cesare desafía la idea del Estado excluyente, argumentando que la migración es un derecho humano fundamental. Desarrolla una original filosofía de la migración que sitúa en el centro a los propios migrantes, en lugar de a los Estados y sus fronteras. A través del análisis de tres ciudades históricas, Atenas, Roma y Jerusalén, Di Cesare muestra cómo debemos concebir a los migrantes no como un otro, sino como extranjeros residentes. Esto significa reconocer que la ciudadanía no puede basarse en una supuesta conexión con la tierra o en una reivindicación exclusiva de propiedad que negaría los derechos de quienes llegan como migrantes. Por el contrario, la ciudadanía debe desvincularse totalmente de la posesión del territorio y basarse en el principio de cohabitación, y en la realidad última de que todos somos huéspedes y arrendatarios temporales de la tierra.
Los argumentos de Di Cesare a favor de una nueva ética de la hospitalidad serán de gran interés para todos aquellos preocupados por los retos que plantea la inmigración y por las actitudes cada vez más hostiles hacia los inmigrantes, así como para los estudiantes y estudiosos de filosofía y teoría política.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)