Interview with Maj Walter Roberson
Desde septiembre de 2005 hasta agosto de 2006, el comandante Walter Roberson trabajó como oficial ejecutivo de un equipo militar de transición (MiTT) asignado al 3er Batallón de la 3ª Brigada de la 1ª División del Ejército iraquí, en aquel momento una unidad de primer nivel que operaba por su cuenta y tenía su propio espacio de combate en los alrededores de Habbaniyah. Formando parte de un MiTT que incluía una mezcla de soldados de la Reserva del Ejército y de la Guardia Nacional, así como, más tarde, algunos Marines en servicio activo, Roberson -antiguo miembro del 6º Batallón de Entrenamiento de Rangers- se dio cuenta muy pronto de que "no podía tratarlos como trataría a mis Rangers en mi cuartel general".
En consecuencia, habla largo y tendido sobre su propia dinámica de equipo, los retos internos y externos a los que se enfrentó como XO y, lo que es más importante, el impacto que tuvo en el MiTT el hecho de sufrir bajas comparativamente importantes. Siete Corazones Púrpuras fueron concedidos a miembros del MiTT durante su gira, dijo Roberson, y un miembro -el médico del equipo- murió en combate. La mayoría de las heridas, explicó, se produjeron por artefactos explosivos improvisados (IED).
"En los 10 meses que estuvimos allí, entramos en contacto con 101 artefactos explosivos improvisados.
Encontramos 50 de ellos por las malas. Los otros 51 los encontramos y redujimos.
Nos habían volado y disparado a todos". Milagrosamente, sin embargo, el propio Roberson nunca resultó herido, a pesar de que, como dijo, "intentaron por todos los medios atraparme". Otros temas tratados en esta entrevista son la importantísima decisión del MiTT de vivir con su batallón iraquí; la forma más eficaz de crear confianza y buena relación entre los iraquíes y sus asesores norteamericanos; los tipos de operaciones que llevó a cabo el batallón iraquí; lo competentes que eran en diversas tareas; y los obstáculos que todavía tenían que superar antes de ser una unidad militar completamente autosuficiente.
Roberson dice que una cosa en la que tuvo que "insistir constantemente" con sus iraquíes fue en "tratar a la gente... y a los prisioneros con respeto". También habla del especialmente frustrante proceso de traspaso de autoridad con el MiTT que iba a sustituirles y del hecho de que demasiados militares estaban demasiado apegados a las FOB y a sus cenas con gambas, su aire acondicionado y sus helados Baskin-Robbins a la carta.
Roberson explica además por qué cree que intentar que los iraquíes acepten a los suboficiales según el modelo militar norteamericano es una "pérdida de tiempo, esfuerzo y energía" y también por qué ser como "reyes guerreros" con los que "nadie se metía realmente" no era en realidad tan mala tarea.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)