The Only Name We Can Call It Now Is Not Its Only Name
A partir de un encuentro misterioso y profundamente incómodo entre el hablante y K, EL ÚNICO NOMBRE QUE PODEMOS DARLE AHORA NO ES SU ÚNICO NOMBRE se transforma lentamente en un examen largo e imposiblemente personal de la voluntad y la propiedad, la lengua materna y la madre tierra, la enfermedad crónica (del cuerpo y de la tierra), la falta de hogar y el exilio, la violencia y el lugar, la separación y el anhelo, las partes privadas y los espacios públicos, la intimidad y la institución, la aflicción y el ardor, la performatividad, la facialidad, las lenguas vernáculas, la voz, la suciedad, el instinto y la payasada. Escrito en un momento de suspensión en el que Hsiung experimentó una profunda crisis de silencio en su vida, lo que comienza como una interrogación verdaderamente híbrida de un interrogatorio entre alumno y profesor se contorsiona en una excavación enmarañada y encantadora de los orígenes de la psique de un poeta y de su relación con el mundo mismo. Una obra que no se compuso sino que se descompuso a través de gusanos y moscas y de una peligrosa exposición a los elementos de la mitología, la ecología y la epistemología, El único nombre que podemos ponerle ahora no es su único nombre es a la vez una perenne convalecencia entre espectros individuales y sociales y la documentación tectónica de un repetido intento de perdurar.
La obra de Valerie Hsiung The only name we can call it now is not its only name nos lleva a través del territorio/destierro del exiliado: qué se hace con la ubicación, cómo se localiza uno mismo y la comunidad, y el viaje hacia la llegada en caso de que la haya. La lengua del exiliado contiene multitud de voces y formas. Los poemas de Hsiung me hablan de la performance de llegar a la lengua alcanzada a través de traducciones, a través de arreglos de letras que es también un desplazamiento de otras letras, territorios y cuerpos. Los giros y desvíos en la historia de 'un lugar donde al principio no podía hablar. Tuve que aprender", hablan también del viaje hacia el lenguaje de la autobiografía de la comunidad. Lo que consideramos voz no está libre de las políticas de desposesión. En este paisaje, la única certeza es la de la impermanencia y el cambio. Los poemas se resisten a los significados que podríamos atribuirle, se deslizan en formas cuando creemos conocer su nombre. Es una colección impresionante. --Tsering Wangmo Dhompa.
El único nombre que le damos ahora no es su único nombre trasciende inmediatamente el ámbito del libro encuadernado y se adentra en una proyección aérea y psicodélica de la mente, un patrón en continuo despliegue que sólo podemos constatar desde encima de la tierra y a través de la música simultánea de fragmentos que chocan. El texto de Hsiung mantiene su velocidad y encanto a través de detalles periféricos perfectamente sincronizados que dan paso al presente cristalizado, continuo y luminoso. Nunca quise dejar este libro, ya que ilustra tan de cerca la forma en que un poeta piensa de nuevo en la realidad: planteando las palabras como recintos que flotan libremente, el sonido utilizado como arma necesaria de defensa y nuestra experiencia de estar rodeados por el lenguaje, impotentes para seguir escuchando y atando y volviendo a lanzar la línea en formaciones nuevas e incuantificables. --Cedro Sigo.
Poesía. Híbrido.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)