El reproche del hambre: Alimentos, justicia y dinero en el siglo XXI

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Título original:

The Reproach of Hunger: Food, Justice, and Money in the Twenty-First Century

Contenido del libro:

Aclamado como "inestimable... una obra sustancial de pensamiento político" (New Statesman), en un informe pionero, basado en años de reportajes, David Rieff evalúa si acabar con la pobreza extrema y el hambre generalizada está realmente a nuestro alcance, como se promete cada vez más.

¿Podremos proporcionar alimentos suficientes a nueve mil millones de personas en 2050, especialmente a los más pobres del Sur Global? Algunos de los científicos más brillantes, políticos mundiales y expertos en ayuda y desarrollo pronostican el fin de la crisis de malnutrición masiva en las próximas décadas. El Banco Mundial, el FMI y los gobiernos occidentales esperan que las asociaciones público-privadas resuelvan los problemas de acceso y coste de los alimentos. Los "filantrocapitalistas" Bill Gates y Warren Buffett gastan miles de millones para resolver el problema, apoyándose en la tecnología.

Y el "establishment" del desarrollo internacional recibe publicidad de las estrellas Bob Geldorf, George Clooney y Bono. "El hambre, escribe (David Rieff), es un problema político, y combatirlo significa rechazar el consenso de moda de que sólo el sector privado puede actuar con eficacia" (The New Yorker).

Rieff, que lleva treinta años estudiando la ayuda humanitaria y el desarrollo e informando sobre ellos, analiza la cuestión con detenimiento. Menciona el cambio climático, los gobiernos inestables que reciben ayuda y la estrecha relación entre el sector filantrópico y gigantes como Monsanto, que a menudo se pasan por alto en la carrera por resolver la crisis.

"Se trata de una adición estelar al canon de la literatura sobre política de desarrollo" (Publishers Weekly, reseña con estrella). El reproche del hambre es la descripción más completa e informada de la cuestión más fundamental del mundo: ¿Podemos alimentar a la población mundial? Rieff responde con un cuidadoso "Sí" y traza el camino mostrando cómo será necesario aprovechar todas las oportunidades, tecnológicas, culturales y políticas, para acabar con el hambre y la malnutrición.