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The New Anti-Catholicism: The Last Acceptable Prejudice
El anticatolicismo tiene una larga historia en Estados Unidos. Y como sostiene Philip Jenkins en El nuevo anticatolicismo, esta virulenta cepa de odio -que se creía muerta- está viva y coleando en nuestra nación, pero poca gente parece darse cuenta, o preocuparse.
Una declaración que se considere racista, misógina, antisemita u homófoba puede perseguir a un orador durante años, escribe Jenkins, pero sigue siendo posible hacer declaraciones públicas hostiles y vituperables sobre el catolicismo romano sin temor a repercusiones graves. Jenkins arroja luz sobre el sentimiento anticatólico en la sociedad estadounidense e ilumina sus causas, examinando de cerca el anticatolicismo gay y feminista, la retórica y las imágenes anticatólicas en los medios de comunicación, y el anticatolicismo del mundo académico. Para los periódicos y las revistas, para las noticias de televisión y las películas, para los grandes editores de libros, la Iglesia católica ha llegado a proporcionar un villano público groseramente estereotipado. Las opiniones, doctrinas y líderes católicos son con frecuencia el blanco de una dura sátira. De hecho, la idea de que la Iglesia es un enemigo mortal de las mujeres -la idea de la misoginia católica- está comúnmente aceptada en los medios de comunicación y en la cultura popular, dice Jenkins. Y el reciente escándalo de los curas pederastas, demuestra, ha reavivado muchos antiguos estereotipos anticatólicos.
Se decía que con la elección de John F. Kennedy, el anticatolicismo en Estados Unidos había muerto. Este nuevo y provocador libro corrige esa ilusión, llamando la atención sobre este importante asunto.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)