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Las reseñas del libro de Michael Ignatieff destacan su exploración del delicado equilibrio entre las libertades civiles y la seguridad nacional en el contexto del terrorismo. El autor presenta ejemplos históricos y consideraciones éticas, abogando por un enfoque pragmático que a veces acepta «males menores» en nombre de la seguridad. En general, el libro ha sido bien acogido por su contenido, que invita a la reflexión, aunque algunas críticas se centran en lo que se percibe como sermoneo e incoherencias filosóficas.
Ventajas:⬤ Provoca la reflexión y es perspicaz, especialmente para los estudiantes de política y libertades civiles.
⬤ Aborda ejemplos históricos del mundo real y dilemas éticos.
⬤ Ofrece una perspectiva práctica y no partidista de los retos a los que se enfrentan las democracias en su respuesta al terrorismo.
⬤ Reconoce la necesidad de algunas medidas temporales al tiempo que subraya que éstas deben considerarse «males menores».
⬤ Está bien documentado y ofrece un valioso contexto histórico.
⬤ Algunos lectores lo encuentran denso y difícil de asimilar.
⬤ Las críticas a los argumentos del autor incluyen afirmaciones de pensamiento superficial e incoherencias.
⬤ La narración puede resultar sermoneadora para ciertos públicos.
⬤ Algunos críticos expresan su malestar con el concepto de aceptar cualquier pérdida de libertades civiles, argumentando en contra de la necesidad de las soluciones propuestas.
⬤ Críticas a las opiniones y decisiones políticas de Ignatieff en el pasado, que algunos consideran preocupantes.
(basado en 12 opiniones de lectores)
The Lesser Evil: Political Ethics in an Age of Terror
¿Debemos luchar contra el terrorismo con terror, contra el asesinato con asesinato y contra la tortura con tortura? ¿Debemos sacrificar la libertad civil para proteger la seguridad pública?
En la era del terrorismo, la tentación de la crueldad puede ser abrumadora. Pero también nos empuja en la otra dirección la preocupación de que una respuesta violenta a la violencia nos haga moralmente indistinguibles de nuestros enemigos. Quizá no haya mayor reto político hoy en día que intentar ganar la guerra contra el terror sin perder nuestra alma democrática. Michael Ignatieff afronta este reto de frente, con la combinación de firme idealismo, sensibilidad histórica y juicio político que le han convertido en una de las voces más influyentes en los asuntos internacionales actuales.
Ignatieff sostiene que no debemos rehuir el uso de la violencia: que lejos de socavar la democracia liberal, la fuerza puede ser necesaria para su supervivencia. Pero su uso debe ser mesurado, no un programa de tortura y venganza. Y no debemos engañarnos pensando que todo lo que hagamos en nombre de la libertad y la democracia es bueno. Puede que necesitemos matar para luchar contra el mal mayor del terrorismo, pero nunca debemos pretender que hacerlo es algo mejor que un mal menor.
Para ello, Ignatieff recorre la historia moderna del terrorismo y del contraterrorismo, desde los nihilistas de la Rusia zarista y las milicias de la Alemania de Weimar hasta el IRA y la amenaza sin precedentes de Al Qaeda, con sus agentes suicidas empeñados en la destrucción masiva. Muestra cómo la respuesta más potente al terror ha sido la fuerza, decisiva y directa, pero -igual de importante- contenida. El escrutinio público y la ética política que motivan la moderación también dan a la democracia su arma más poderosa: el poder moral de resistir cuando se gastan las furias de la venganza y el odio.
El libro se basa en las Conferencias Gifford pronunciadas en la Universidad de Edimburgo en 2003.
-- "Reseña del New York Times".
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)