The Enemy at Home
Después del funeral, mientras Jack Brown permanecía de pie junto a la tumba de su padre, Bill, sus ojos mostraban sentimientos diferentes, verdaderos sentimientos, de ira y repugnancia hacia su padre mientras murmuraba: «Púdrete en el infierno, viejo cabrón».
Jack no podía perdonar a su padre por la miseria que le había causado a él y a su amigo Harold por su arresto como desertores durante la Primera Guerra Mundial, cuando sabía perfectamente que la pena por deserción era el pelotón de fusilamiento. Lo mismo ocurrió con la muerte de sus madres y la huida de su hermana a Canadá.
¿Se resolverán alguna vez sus sentimientos?
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)