Reformed Ecclesiology in an Age of Denominationalism
Antaño, el Estado compartía la plaza pública con la Iglesia. La ubicación central del edificio de la iglesia en todas las ciudades europeas es un testimonio mudo de esta situación. Pero aquellos tiempos quedaron atrás. Hoy en día existe un consenso implícito o explícito sobre el lugar adecuado de la Iglesia: fuera de la vista y fuera de la mente.
¿Cómo se ha producido este cambio radical? A través de un completo metanoia ("cambio de mentalidad") respecto a la plaza pública. La Iglesia y el Estado solían estar de acuerdo sobre la realidad última, pero entonces llegaron las guerras de religión y el deseo de un Estado neutral. Esto nos dio el Estado agnóstico, incapaz de emitir juicio alguno sobre la verdad o falsedad de la religión. El resultado ha sido la libertad religiosa. Pero esta libertad ha tenido un precio: la pérdida del control de la realidad última, de las normas y valores trascendentes. Es cada persona para sí misma, el triunfo de las opiniones sobre la verdad.
En estas condiciones, la propia Iglesia ha experimentado una transformación. Se ha fragmentado en una miríada de iglesias, ninguna de las cuales puede pretender ser la última, pero todas afirman proclamar la verdad. Ya no tenemos el cuerpo de Cristo expresado visiblemente; en su lugar tenemos denominaciones, construcciones jurídico-privadas que expresan diversos sabores de orientación de la fe orientados al consumo.
¿Se ha abandonado entonces la unidad? No, porque no se trata de unidad o no unidad, sino de qué tipo de unidad. En el mundo moderno, las iglesias han cambiado la unidad en términos de confesión por la unidad en términos de política. Los partidos políticos son los vehículos a través de los cuales los cristianos expresan una convicción común. Y esto ha llevado a la Iglesia al nivel del grupo de interés y del grupo de presión, el resultado inevitable de una era de confesionalismo.
Hace más de 100 años, P. J. Hoedemaker ya delineó y analizó este estado de cosas. La pésima situación de la Iglesia reformada holandesa constituyó el telón de fondo histórico de su análisis, pero los principios que desarrolló en el curso de su crítica de la Iglesia nacional son aplicables a todo el mundo moderno. Hoedemaker desentierra los fundamentos bíblicos y reformadores de la eclesiología, las bases de las que la Iglesia no puede salir de su actual abyección.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)