Diarios de viaje

Título original:

Travel Diaries

Contenido del libro:

En 1970, para obtener su primer pasaporte, el autor fue trasladado a Nueva York desde lo que entonces era una colonia británica. Regresó a Bahamas semanas después. Criado en el seno de una familia libre de ataduras, realizó viajes por carretera y ferrocarril por EE.UU. y la UE, y travesías a islas menos visitadas en barco correo. A los 13 años, Eric pasó un verano empaquetando bolsas de la compra en Nassau a cambio de propinas, con lo que se ganó el billete de avión para reunirse con un amigo en la Irlanda rural, y luego viajó solo a Suecia. Allí, en lejanos andenes de ferrocarril, parientes lejanos y amigos de la familia se reunieron con él y lo acogieron. Eric pretendía dar la vuelta al planeta a pie o en bicicleta, pero pronto se dio cuenta de que hay demasiado azul. Sus cuatro viajes alrededor del planeta le han llevado a seis continentes y 75 países, tantas veces como le ha sido posible por superficie. Viajar es el equilibrio entre el tiempo y el dinero, y la mayoría de sus aventuras fueron con presupuesto.

Cuando terminó el internado en 1989, Eric viajó en barco a las Bermudas, navegó de vuelta, cruzó Estados Unidos en 54 horas hasta Los Ángeles, viajó en autobús a San Francisco y tomó un vuelo de regreso a Nassau. Después se embarcó hacia Cairns, Australia, y un viaje familiar a Alice Springs, cerca de Ayers Rock. Desde Perth cruzó el sur de Australia hasta Sydney antes de regresar a Nassau y luego a Boston. Cuando terminó sus estudios, pasó un año dando la vuelta al mundo, a medias al mando del yate de un moribundo. Luego Asia y Europa, seguido de un regreso a Singapur durante tres años. Esto incluyó viajes en petroleros, un viaje a Borneo, Vietnam, otros a Indonesia y Malasia y a la India.

Calculando que podría hacer autostop por África Oriental por menos dinero del que le costaría alojarse en Oxford, consiguió tres semanas de viaje casi en solitario en busca de un escurridizo ferry en Mpulungu, perdiéndose a menudo pero sin recibir ayuda del Cuerpo de Paz. En Tonga conoció a vecinos que se comían al perro de al lado, en Nueva Zelanda se encontró con un piloto tullido, vio a Bob Marley, navegó con otro hombre que vio amanecer con Jaques Brel y en Nueva Escocia le llevó un hombre que oyó hablar a Churchill en el Parlamento. Ha hablado y se ha reunido con supervivientes alemanes y aliados de las campañas de los submarinos. Su vecino de Bahamas enseñaba a los niños sus heridas de guerra si le lavaban el coche. A los diez años encontró un cráneo acribillado a balazos en el estanque detrás de su casa. Eric se llevó unos cuantos trozos del Muro de Berlín en el verano de 1991 y estuvo en un tren atropellado por un camión en Kosovo semanas antes de que estallara la guerra de los Balcanes.