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Los lectores encontrarán este libro entretenido, cercano y perspicaz, que recoge los retos y las experiencias humorísticas de aprender francés más tarde en la vida. El autor, William Alexander, comparte tanto las frustraciones como las alegrías de su viaje, convirtiéndolo en una deliciosa experiencia de lectura tanto para francófilos como para estudiantes de idiomas.
Ventajas:El libro es humorístico, atractivo, cercano e informativo. Los lectores aprecian el estilo narrativo del autor, sus anécdotas personales y el equilibrio entre humor y momentos sinceros. Muchos lo consideran didáctico e inspirador para quienes aprenden un nuevo idioma, especialmente en la tercera edad, y elogian la pasión del autor por la cultura francesa.
Desventajas:Algunos lectores consideran que algunas partes del libro son repetitivas y que el contenido educativo puede resultar demasiado detallado o denso. Unos pocos señalaron que los limitados conocimientos lingüísticos del autor eran desalentadores, y otros informaron de que ciertas secciones, como las discusiones sobre las deficiencias de la traducción en línea, parecían demasiado largas.
(basado en 200 opiniones de lectores)
Flirting with French: How a Language Charmed Me, Seduced Me, and Nearly Broke My Heart
Un cuento encantador y valiente y una buena lectura. Voilà" --Mark Greenside, autor de Nunca seré francés (haga lo que haga).
William Alexander es más que un francófilo. Quiere ser francés. Pero hay un pequeño obstáculo: no habla la langue fran aise. En Coqueteando con el francés, Alexander se lanza a la conquista de la lengua que ama. Pero, ¿le corresponderá?
Alexander come, respira y duerme francés (incluso lo conjuga en sueños). Viaja a Francia, donde los errores de traducción le hacen ir en bicicleta en todas direcciones equivocadas, y casi se ahoga en una clase de inmersión en Provenza, donde, ante el enigma de los pechos masculinos, las barbas femeninas y una chuleta de pavo de género incierto, empieza a preguntarse si debería haberse dedicado al golf en vez de al francés. Mientras hace novillos con las lecciones de gramática y las técnicas de memorización, Alexander informa sobre el alborotado funcionamiento de la Academia Francesa, la institución de cuatro siglos de antigüedad encargada de mantener pura la lengua.
Explora la ciencia de la comunicación humana y descubre por qué es más difícil aprender un segundo idioma para una persona de cincuenta años que para un niño de cinco.
Y, frustrado por sus progresos, explora un laboratorio de investigación de IBM, donde intercambia barbaridades con un futurista traductor de mano.
¿Conseguirá dominarlo? Los lectores se sorprenderán tanto como Alexander al descubrir que, en un giro fascinante, estudiar francés puede haber tenido un impacto mucho mayor en su vida que aprender a hablarlo.
"Una mezcla de pasión y neurociencia, esta historia de amor literaria ofrece sorprendentes perspectivas sobre el cerebro humano y los beneficios de aprender un segundo idioma. Leer el libro de William Alexander es como hacerse una resonancia magnética del alma". --Laura Shaine Cunningham, autora de Arreglos para dormir.
"Alexander demuestra que aprender un nuevo idioma es una aventura en sí misma: con todos los obstáculos inesperados, los avances sorprendentes y los momentos de placer sublime que conlleva viajar." --Julie Barlow, autora de Sesenta millones de franceses no pueden estar equivocados.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)