¿Ciencia sin valores? Pureza y poder en el conocimiento moderno

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Título original:

Value-Free Science?: Purity and Power in Modern Knowledge

Contenido del libro:

¿Por qué los científicos han rehuido la política o han defendido que su trabajo carece de valores? ¿Cómo ha llegado el ideal de neutralidad a dominar el mundo de la ciencia? Estas son algunas de las cuestiones centrales que aborda Robert Proctor en su estudio de la política de la ciencia moderna.

¿Ciencia sin valores? subraya la importancia de comprender los orígenes políticos y el impacto de las ideas científicas. Proctor demuestra lúcidamente cómo la neutralidad en valores es una reacción a acontecimientos políticos más amplios, como el uso de la ciencia por parte del gobierno y la industria, la especialización de las disciplinas profesionales y los esfuerzos por sofocar las libertades intelectuales o politizar el mundo de la academia.

La primera parte del libro rastrea los orígenes de la neutralidad valorativa anteriores al siglo XVIII. Platón y Aristóteles consideraban que el pensamiento contemplativo era superior a la acción práctica, y esta separación entre teoría y práctica se sigue invocando hoy en día en defensa de la ciencia neutral. En el siglo XVII, la búsqueda baconiana del conocimiento útil permitió un nuevo y más estrecho vínculo entre teoría y práctica, pero también aisló el conocimiento moral de la filosofía natural. Otra versión de la neutralidad fue introducida por la concepción mecánica del universo, en la que la idea de un cosmos benevolente y centrado en el ser humano fue sustituida por una visión devaluada de la naturaleza.

La parte central del libro explora la exclusión de la política y la moral con la aparición de las ciencias sociales. Proctor destaca el caso de Alemania, donde el ideal de neutralidad valorativa fue articulado por primera vez en su forma moderna por científicos sociales que buscaban atacar o defender el marxismo, el feminismo y otros movimientos sociales. Analiza el auge y la caída de la teoría ética y económica positivista, mostrando que los argumentos a favor de una ciencia libre de valores a menudo ocultan maniobras políticas concretas. Por último, repasa las críticas a la ciencia que se han expresado en debates recientes sobre cuestiones críticas de la ciencia agrícola, la investigación militar, la salud y la medicina, y el determinismo biológico.

Este provocativo libro interesará a cualquiera que busque formas de conciliar los ideales de libertad científica y responsabilidad social.