Puntuación:
El libro «Anatomía del asco», de William Miller, ofrece una exploración profunda y polifacética de la emoción del asco, en la que se mezclan ideas de diversos campos, como la literatura, la psicología y la sociología. Los lectores aprecian su tratamiento creativo y sofisticado del asco, a pesar de algunas críticas sobre su profundidad en ciertas áreas.
Ventajas:⬤ Análisis profundo y atractivo del asco, que incorpora diversas disciplinas académicas.
⬤ Creatividad y originalidad en su enfoque, evitando un tratamiento excesivamente sensacionalista.
⬤ Prosa accesible pero erudita que resuena en un público amplio.
⬤ Ofrece valiosas perspectivas sobre las emociones y el comportamiento humanos, incitando a los lectores a reflexionar sobre sus propias actitudes.
⬤ Bien escrito y demuestra la complejidad de la reacción de asco.
⬤ Algunos capítulos se consideran pesados mientras que otros carecen de profundidad.
⬤ Puede ser lento en algunas partes, especialmente en los capítulos iniciales.
⬤ Compromiso limitado con ciertos temas cruciales, como la filosofía moral y las culturas del honor.
⬤ Principalmente filosófico más que empírico, centrándose menos en la investigación psicológica contemporánea.
(basado en 14 opiniones de lectores)
The Anatomy of Disgust
William Miller se embarca en un seductor viaje al mundo del asco, mostrando cómo éste aporta orden y sentido a nuestras vidas incluso cuando nos horroriza y repugna. Nuestra noción del yo, íntimamente dependiente de nuestra respuesta a las excreciones y secreciones de nuestro cuerpo, depende de él. Las identidades culturales recurren con frecuencia a su poder de control de los límites. El amor depende de su superación, mientras que el placer del sexo procede en gran medida de la excitante violación de las prohibiciones del asco. Imaginemos la estética sin el asco a lo insípido y vulgar.
Imaginemos la moral sin el asco a la maldad, la hipocresía, la estupidez y la crueldad.
Miller detalla nuestra ansiosa relación con los procesos vitales básicos: comer, excretar, fornicar, descomponerse y morir. Pero el asco va más allá de la carne para vivificar el orden social más amplio con el lenguaje que se apropia de las imágenes, los olores, los sabores, las sensaciones y los sonidos de la fisicalidad carnal. Según Miller, el asco y el desprecio desempeñan un papel político crucial en la creación y el mantenimiento de la jerarquía social. La democracia depende menos del respeto a las personas que de una distribución equitativa del desprecio. El asco, sin embargo, señala una división peligrosa. La creencia de los de arriba de que los de abajo huelen mal o son fuentes de contaminación amenaza seriamente la democracia.
Miller sostiene que el asco está profundamente arraigado en nuestra ambivalencia ante la vida: nos angustia que lo bello sea tan frágil, tan fácilmente reducible a lo inmundo, y que lo inmundo pueda parecer más que lo bello pasajero en ciertos claroscuros. Cuando nos disgustamos, intentamos poner límites, mantener a raya el caos. Por supuesto, fracasamos. Pero, como señala Miller, nuestro fracaso no es motivo para la desesperación, ya que el asco también contribuye a animar el mundo y a convertirlo en un lugar peligroso, mágico y emocionante.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)