En 1660, una misteriosa secta de místicos holandeses llegó a una isla del Nuevo Mundo con el objetivo de crear una nueva sociedad. Su principio rector giraba en torno a la representación ininterrumpida de una única obra dramática en siete cuadros vivientes.
Invocando la imaginería alquímica y el pensamiento hermético, su objetivo era llegar a un estado superior del ser encarnando colectivamente la representación simbólica de todo el conocimiento humano y divino. Su experimento, que duraría un siglo, pondría a prueba los límites humanos del tiempo, la resistencia física y el compromiso colectivo hacia una idea.
"Como un 'cordero con piel de lobo', Pablo Helguera utiliza los mecanismos exotéricos de la erudición histórica para atraernos a su mágica isla de los Ourobourianos. Pero justo en el momento en que perdemos pie en las resbaladizas orillas de la tierra -cuando empezamos a preguntarnos si el artista ha espigado una tradición esotérica para obtener algo más que material de partida para los símbolos y la nomenclatura de su isla, cuando empezamos a navegar por su tierra con las corazonadas no verbales de la partitura de los alquimistas, y cuestionamos los artificios que empleamos para reunir el mundo que nos rodea- nos damos cuenta de que Helguera nos ha llevado realmente de viaje a otra tierra por completo, al más prohibido de los lugares: el yo." -Lise Patt, fundadora y directora del Institute of Cultural Inquiry, Los Ángeles "Pablo Helguera es un mentiroso espléndido, un narrador de primera, una mente curiosa en constante búsqueda de historias, un creador de universos paralelos y personajes imposibles que viven en situaciones creíbles, que invariablemente ponen a prueba nuestras certezas, intuiciones y conocimientos." - Naief Yehya, escritor y crítico.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)