Puntuación:
El libro «A Lab of One's Own» (Un laboratorio propio), de Patricia Fara, explora la contribución de las mujeres a las ciencias, la tecnología y la ingeniería durante la Primera Guerra Mundial, destacando sus logros y el contexto más amplio del sufragio femenino. Aunque muchas reseñas elogian el aspecto educativo y la importancia del tema, varias señalan problemas con la estructura narrativa, el ritmo y la falta ocasional de atención a las contribuciones científicas.
Ventajas:⬤ Educativo e informativo, destaca las importantes contribuciones históricas de las mujeres en la ciencia y el sufragio durante la Primera Guerra Mundial
⬤ bien documentado con relatos biográficos convincentes
⬤ proporciona una valiosa perspectiva sobre los cambios sociales de la época
⬤ incluye imágenes relevantes y contexto histórico.
⬤ Algunos lectores consideran que se hace demasiado hincapié en el sufragio en detrimento de la ciencia
⬤ contenido repetitivo en ocasiones
⬤ falta de diversidad en la representación, especialmente en lo que se refiere a las mujeres de color
⬤ respuestas mixtas sobre el estilo de escritura y el compromiso.
(basado en 28 opiniones de lectores)
A Lab of One's Own: Science and Suffrage in the First World War
Patricia Fara desentierra a las sufragistas olvidadas de la Primera Guerra Mundial que cambiaron valientemente el papel de la mujer en la guerra y allanaron el camino a las científicas de hoy.
Muchas científicas, médicas e ingenieras extraordinarias probaron por primera vez la independencia y la responsabilidad durante la Primera Guerra Mundial. ¿Cómo sucedió? Patricia Fara revela cómo las sufragistas, entre ellas la hermana de Virginia Woolf, Ray Strachey, ya se habían alineado con el progreso científico y tecnológico, y que durante los oscuros años de la guerra movilizaron a las mujeres para que entraran en ámbitos convencionalmente masculinos como la ciencia y la medicina. Fara relata las historias de mujeres como la pionera de la salud mental Isabel Emslie, la química Martha Whiteley, coinventora del gas lacrimógeno, y la botánica Helen Gwynne Vaughan. Las mujeres llevaban a cabo investigaciones vitales en muchos aspectos de la ciencia, pero ¿podrían perdurar?
Aunque la sufragista Millicent Fawcett declaró triunfalmente que "la guerra revolucionó la posición industrial de la mujer. Las encontró siervas y las dejó libres", la verdad era muy distinta. Aunque las mujeres habían contribuido a la victoria del país y habían conseguido el voto para las mayores de treinta años, habían perdido la batalla por la igualdad. Los hombres que regresaban del frente recuperaban sus puestos de trabajo y se restablecían las jerarquías convencionales.
Fara examina cómo la valentía de estas pioneras, a las que se permitió temporalmente entrar en un mundo cerrado antes de que la puerta volviera a cerrarse de golpe, allanó el camino a las científicas de hoy.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)