Un corazón alegre es una buena medicina: Cómo he aprendido a abrazar la soberanía de Dios en mi lucha contra el dolor crónico

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Título original:

A Cheerful Heart Is Good Medicine: How I've learned to embrace God's sovereignty through my battle with chronic pain

Contenido del libro:

El dolor crónico ha sido el compañero de mi vida durante los últimos diez años. Este libro comparte algunas de las anotaciones de mi diario personal, oraciones, pensamientos alegres y ciertas verdades fundamentales que el Espíritu Santo me ha enseñado a lo largo del camino. Comparto las numerosas luchas y los innumerables fracasos que he tenido. Sobre todo, comparto cómo mi Señor ha sido el que me ha sostenido, me ha llevado y me ha sostenido todo el tiempo.

Mientras caminas conmigo a través de este libro, rezo para que veas que el sufrimiento no tiene por qué abrir una brecha entre tú y tu Salvador. Tu sufrimiento, si lo permites, puede ser lo que abra tu corazón al poder sobrenatural del Dios vivo. Puedes estar siempre lleno de alegría incluso en medio de una adversidad despiadada.

En tu viaje encontrarás que comparto muchos momentos de "pensamientos alegres". Pensamientos que son nobles, hermosos, admirables y dignos de alabanza. Pensamientos que han traído una tremenda sanación a mi dolorido corazón. Recuerda, un corazón alegre es una buena medicina.

A medida que avanzas hay muchos lugares donde puedes tomar un descanso y pasar algún tiempo con Dios. Él es un lugar seguro para tu corazón roto. Se honesto y escribe tus penas y preocupaciones delante de El. En muchos de mis momentos crudos y honestos ante el Señor la batalla ha sido bastante brutal. Pero a través de mi obediencia-y sí, incluso mi desobediencia-mi Salvador nunca se ha ido de mi lado. Dios me ha mostrado soberanía en el sufrimiento mostrándose a sí mismo ante mí. Y aunque no me he encontrado con la sanidad en mi cuerpo, me he encontrado con el Sanador Mismo y que hermoso es contemplarlo.

Mi deseo para ti mientras viajas conmigo es que sepas que nunca estás solo. Tanto si tu dolor es físico, emocional o espiritual, hay una manera de vivir con el dolor o de superarlo. No puedo endulzártelo. No es una forma fácil de vivir, pero es una forma posible de vivir. No tienes por qué vivir en un estado de abatimiento o desesperación. Hay esperanza La esperanza clavada en la cruz pero resucitada de la tumba de Jesucristo.