Todos los muertos son santos

Título original:

All the Dead Are Holy

Contenido del libro:

En esta colección, no sólo son santos todos los muertos, sino también todos los vivos, incluido "el veterano con una sola pierna, el niño pequeño con muñeca y peine". Hay ecos de los que perecieron en el Holocausto y de los que siguen esforzándose por ganarse la vida en el paisaje americano moderno. En los ajustados poemas de Levy vislumbramos lo familiar y lo humano: maestros, novias inmigrantes, las camisas y corbatas de un padre perdido, el hermano compinche, la madre moribunda. El mensaje es claro y poderoso: "Debes recordar".

-- John Jeffire, autor de Motown Burning y Shoveling Snow in a Snowstorm.

Larry Levy es el mejor tipo de escritor. Sus poemas -con su honestidad e intimidad- te invitan a entrar, te piden que te sientes a la mesa y escuches las historias que necesitas oír sobre el pasado que nunca ha pasado, las guerras que no terminarán y las personas que siguen amando aunque ya no estén. Al escuchar sus historias, empiezas a despertar a tus propias historias, a tus propias pérdidas y amores, y finalmente quieres cogerle la mano y darle las gracias por lo que te ha dado.

-- John Guzlowski, autor de Ecos de lenguas hechas jirones

Larry Levy ha estado cavando hondo, añadiendo concreción y perspicacia a los temas que eligió como propios en Me quedaría para siempre si pudiera. En esta recopilación de nuevas obras, explora su herencia judía y del Medio Oeste, las tensiones y las alegrías de enseñar y de ser alumno, la resistencia y la vulnerabilidad de la infancia, y la omnipresencia del mal en el mundo, desde el Holocausto hasta nuestros días. No sorprende la mayor atención prestada a la experiencia de envejecer. Estos poemas ejemplifican la compasión y la precisión emocional a través de una mirada observadora y artesanal.

-- John Palen, autor de Pequeñas economías y Música distante.