Todavía no hay guerra

Título original:

Still No War

Contenido del libro:

Octubre de 1938. Un joven holandés llamado Max Kohnstamm (24 años), estudiante de Historia en la Universidad de Ámsterdam, se embarca rumbo a Nueva York.

Todavía está enfadado por el Acuerdo de Múnich firmado unas semanas antes. No cree en el apaciguamiento y se teme lo peor. Tras unos meses en Washington DC, como estudiante de la Universidad de Washington, compra un roadster de segunda mano y emprende un viaje por la América de la Depresión, de la cuestión negra, de Roosevelt y del New Deal.

Durante este último año antes del estallido de la guerra en Europa, escribe a sus padres y amigos.

Philip Kohnstamm (63), su padre, es uno de sus corresponsales. Agosto de 1939.

El SS Washington zarpa hacia Europa. A bordo viaja un joven cuyas experiencias en Estados Unidos y sus reflexiones sobre lo que amenaza a Europa han centrado sus pensamientos para siempre. Sólo los astros pueden prever el papel que desempeñará una guerra mundial y una década después en la unión de los adversarios europeos.

Philip A. Kohnstamm (1875-1951) comenzó su carrera como profesor de termodinámica y luego vio cómo sus intereses cambiaban de la física a la filosofía, la teología y la educación. El edificio principal de la Facultad de Educación de la Universidad de Ámsterdam lleva su nombre.

Max Kohnstamm (1914), el hijo menor de Felipe, fue encarcelado por los nazis de 1942 a 1944. Al terminar la guerra, la reina Guillermina, de regreso de su exilio en Londres, le nombró uno de sus dos secretarios personales.

En 1956, Jean Monnet, uno de los padres fundadores de la Unión Europea, nombró a Max Secretario General de su Comité de Acción para los Estados Unidos de Europa. En 1976 Max se convirtió en el primer Presidente de la Universidad Europea de Florencia. Dolph Kohnstamm (1937), nieto de Philip y sobrino de Max, fue profesor de psicología del desarrollo en la Universidad de Leiden de 1973 a 1998.