Tiza blanca y hierba verde

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Título original:

White Chalk and Green Grass

Contenido del libro:

Corre el año 1997 y David Grant, un profesor de Juegos jubilado, está viendo un partido de liga de rugby entre dos de sus colegios locales, Eastfield High y Thornes Lane Comprehensive, en la ciudad de Calderton, en West Yorkshire. En los partidos anteriores que había visto entre los dos colegios, los equipos de Thornes Lane siempre habían sido demasiado buenos... pero no en esta ocasión. En septiembre, Eastfield High había recibido a excelentes jugadores de rugby de sus tres principales escuelas y este partido estaba demasiado reñido.

Un chico en particular llama la atención de Dave... el medio scrum de Eastfield. Todo en él le recuerda a Dave a un jugador llamado Michael Black, o Chimney, como lo conocían sus compañeros por su alta estatura y su pelo negro azabache, que había desempeñado un papel destacado en el equipo de Dave en 1962, cuando ganó la Copa de los Tres Condados. El chico es un brillante jugador de rugby. Predica con el ejemplo, esperando que sus compañeros le sigan y expresando su enfado cuando no lo hacen. Y, me atrevería a decir, que muestra una arrogancia muy superior a la de su edad, si es que tal palabra es apropiada para referirse a un colegial. Es incluso alto de estatura y también tiene una mata de pelo negro azabache. De hecho, las similitudes entre los dos jugadores son asombrosas.

El equipo de Eastfield High gana y, al final del partido, se le une un hombre de pelo ya canoso que también ha estado observando, pero desde la línea de banda opuesta. Cuando ambos cruzan el campo y se acercan a Dave, sus rasgos le resultan extrañamente familiares. El hombre canoso es, de hecho, el propio Chimney Black, que revela que es el abuelo del joven.

Dave no puede evitar que su mente retroceda treinta y cinco años, hasta el año 1962, lo que le permite revivir aquellas dos gloriosas temporadas que culminaron con la victoria de su equipo en la Copa de los Tres Condados, en la que cierto muchacho llamado Chimney Black jugó un partido «sensacional».