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El libro de Michael D. Roberts ofrece unas memorias atractivas y detalladas de sus experiencias como reportero de The Plain Dealer durante la transformadora década de 1960, cubriendo acontecimientos críticos en Cleveland y la guerra de Vietnam. La narración capta con eficacia la esencia de la industria periodística durante su apogeo, destacando los cambios en el periodismo, el clima sociopolítico de la época y la vibrante cultura de la redacción.
Ventajas:⬤ Unas memorias bien escritas y entretenidas
⬤ una visión fascinante del periodismo y de los años sesenta
⬤ anécdotas e historias vívidas de una época crucial
⬤ una rica descripción de la historia de Cleveland y de acontecimientos como la guerra de Vietnam
⬤ atractivos esbozos de personajes de reporteros y figuras significativas
⬤ ofrece una mirada nostálgica a la profesión antes de la era digital.
⬤ Algunos lectores pueden encontrar que le falta profundidad en la exploración de acontecimientos específicos
⬤ ciertas anécdotas pueden resonar más con aquellos familiarizados con la época
⬤ sesgo potencial hacia la perspectiva del autor como reportero de larga data
⬤ podría no ser atractivo para aquellos que no están interesados en el periodismo o relatos históricos.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Hot Type, Cold Beer and Bad News: A Cleveland Reporter's Journey Through the 1960s
La década de 1960 fue la más turbulenta de la historia de Cleveland y una época apasionante para ser periodista. Estas memorias te transportan al tumulto. Es el relato de un veterano periodista que, como joven y ambicioso reportero, cubrió los principales acontecimientos de la época: la violencia de los derechos civiles, la corrupción y el crimen, Vietnam, Kent State y mucho más.
Cleveland ya estaba cambiando a principios de los años sesenta. Los disturbios raciales, la emigración a los suburbios y el declive de su antaño poderosa base industrial reconfiguraron la política y la población de la ciudad. Cleveland se encontró en la vanguardia de la agitación social que barrería la nación y alteraría América.
En aquellos días, un periodista podía encontrar una historia que reflejara los tiempos que corrían al final de la calle o en todo el mundo. Michael D. Roberts, reportero del Plain Dealer, cubrió una década de destrucción, muerte y disensión: desde los disturbios en el East Side de Cleveland hasta la ofensiva del Tet en Vietnam, las secuelas de la Guerra de los Seis Días en Oriente Medio y la tragedia del tiroteo de Kent State.
También hubo momentos iluminados. Durante buena parte de esa década, los ojos de la nación estuvieron puestos en Cleveland, pendientes de si elegiría al primer alcalde afroamericano de una gran ciudad estadounidense. Y así fue, con Carl B. Stokes.
Fue también la última hora dorada de los periódicos impresos, aunque todavía no lo sabían. La tecnología aún no había alterado el negocio. Todo lo que un periodista necesitaba era un bolígrafo, un cuaderno, una máquina de escribir, un teléfono público y un bolsillo lleno de monedas. La televisión acababa de empezar a influir seriamente en la información.
Los periódicos eran una fuerza unificadora en las comunidades, un visitante amistoso que llegaba a la puerta de casa todos los días. Pero al final de la década, el espíritu de rebelión se apoderó del periódico y le arrancó tanto el brío como el alma.
Sin embargo, para un reportero en busca de una gran historia, los malos tiempos eran también los mejores. Así eran las cosas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)