The Final Frontiersman: Heimo Korth and His Family, Alone in Alaska's Arctic Wilderness (El último hombre de la frontera: Heimo Korth y su familia, solos en los páramos árticos de Alaska)

Título original:

The Final Frontiersman: Heimo Korth and His Family, Alone in Alaska's Arctic Wilderness

Contenido del libro:

Inspirador de The Last Alaskans, la exitosa serie documental que ahora emite Discovery+, el inimitable relato de James Campbell sobre la vida nómada de una familia en las tierras vírgenes del Ártico "es un perfil íntimo y apasionante que está a la altura del clásico de Krakauer (Into the Wild), y también es una especie de testamento de la áspera belleza de los sueños improbablemente salvajes" (Men's Journal).

Cientos de valientes han intentado ganarse la vida en la sabana de Alaska, pero pocos lo han conseguido con tanta constancia como Heimo Korth. Originario de Wisconsin, Heimo viajó al Ártico a los veinte años.

Ahora, más de tres décadas después, Heimo vive con su mujer y sus dos hijas a unos 320 km de la civilización: una vida nómada y sostenible limitada por la migración de los caribús, los peligros de los ríos crecidos y las propias exigencias de la existencia diaria. En The Final Frontiersman, James Campbell, primo de Heimo, relata la asombrosa experiencia de la familia Korth, sus aventuras y la tragedia que sigue marcando sus vidas. Con una voz hábil y con detalles espectaculares, a veces inimaginables, Campbell nos invita a entrar en el corazón y el hogar de Heimo.

Los Korth esperan pacientemente a que una avioneta les entregue sus provisiones, escuchan conversaciones lejanas por la radio y montan en trineo a 44 grados bajo cero, mientras cultivan las técnicas de supervivencia que tanto les costó aprender y que se interponen entre ellos y un terrible destino. Asombroso y memorable, The Final Frontiersman se lee como una versión rústica del sueño americano y revela por primera vez una vida no soñada por la mayoría de nosotros: en medio de presiones ambientales invasoras, aparte de la manada, y solo en un impresionante desierto que por ahora, al menos, sigue siendo la última frontera.