Aborda la evolución política y estética de la literatura afroamericana y sus autores durante la Guerra Fría, una época que McCarthy denomina "el Periodo Azul".
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, ser escritor negro suponía enfrentarse a un duro predicamento. La contienda entre la Unión Soviética y Estados Unidos era global: una batalla ideológica que dominaba casi todos los aspectos de la agenda cultural. Por un lado, el comunismo revolucionario prometía igualitarismo al tiempo que se mostraba hostil a los conceptos de libertad personal. Por otro lado, frente a los soviéticos estaba Estados Unidos, un país impregnado de prejuicios raciales y de las políticas de Jim Crow.
Según Jesse McCarthy, los escritores negros de la época estaban alienados por igual de la izquierda y de la derecha, y canalizaron esa alienación en notables experimentos literarios. Abrazando el afecto racial y la interioridad, forjaron una resistencia estética basada en una feroz disidencia tanto del liberalismo racial estadounidense como del comunismo soviético. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el auge del movimiento Black Power en la década de 1960, autores como Richard Wright, James Baldwin, Gwendolyn Brooks y Paule Marshall definieron un momento distintivo de la cultura literaria estadounidense que McCarthy denomina "el Periodo Azul".
En manos de McCarthy, esta noción del Periodo Azul proporciona un nuevo marco crítico que pone en tela de juicio supuestos disciplinarios y archivísticos largamente arraigados. Los escritores negros de principios de la Guerra Fría pasaron a la clandestinidad, argumenta McCarthy, no para despolitizar o liberalizar su obra, sino para hacerla más radical, manteniendo vivos los compromisos afectivos para un tiempo futuro.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)