Puntuación:
El libro ofrece un análisis detallado y perspicaz de la cobertura periodística de la batalla de Little Bighorn, al tiempo que desmonta los mitos que rodean al general Custer y su legado. Conecta las narrativas históricas de la prensa con cuestiones contemporáneas de los medios de comunicación y la política, haciéndolo relevante para los lectores modernos.
Ventajas:Una narración atractiva, una investigación meticulosa, lecciones históricas perspicaces, bien escrito y documentado, ofrece una perspectiva única sobre la cobertura periodística de la batalla de Custer, conecta acontecimientos del siglo XIX con situaciones actuales de los medios de comunicación.
Desventajas:El libro puede desdibujar los límites entre la no ficción y un libro de texto de postgrado, lo que puede causar confusión a algunos lectores sobre el público al que va dirigido.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Shooting Arrows and Slinging Mud: Custer, the Press, and the Little Bighorn
La derrota de George Armstrong Custer y el Séptimo de Caballería en la batalla de Little Bighorn fue una gran noticia en 1876. La cobertura de la batalla en los periódicos dio lugar a acalorados debates sobre si el gobierno de Estados Unidos debía cambiar su política hacia los indios americanos y quién era el culpable de la derrota del ejército, argumento este último que sigue encendiendo pasiones hasta nuestros días. En Shooting Arrows and Slinging Mud, James E. Mueller se basa en una investigación exhaustiva de los periódicos de la época para explorar la cobertura periodística de la famosa batalla. A medida que analiza una amplia gama de relatos -algunos sombríos, otros circunspectos, algunos incluso salpicados de humor- Mueller ofrece una visión única de los dramáticos acontecimientos que tanto conmocionaron a la opinión pública estadounidense.
Uno de los muchos mitos que rodean a Little Bighorn es que los periodistas de la época eran unos incompetentes que, en respuesta a la sorprendente noticia de la derrota de Custer, pidieron una venganza sanguinaria contra los indios y retrataron al "niño general" como un héroe glamuroso que había sufrido la muerte de un mártir. Mueller argumenta lo contrario, explicando que los periodistas de 1876 no estaban uniformemente predispuestos contra los indios, e hicieron un trabajo creíble al describir la batalla. Informaron de los hechos tal y como los conocían, escribieron editoriales reflexivos e hicieron preguntas importantes.
Aunque no exentos de prejuicios, no se puede culpar a los periodistas que informaron sobre la batalla de Little Bighorn de haber creado la leyenda de la Última Batalla de Custer. De hecho, como revela Mueller, tras el estallido inicial de atención, estos periodistas pasaron rápidamente a otras historias de su época. Serían el arte y la cultura popular -biografías, pinturas, espectáculos del Salvaje Oeste, novelas y películas- los que arraigarían para siempre el Último Combate en la psique estadounidense.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)