Sexo en el campus, seguridad en el campus

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Título original:

Campus Sex, Campus Security

Contenido del libro:

Una crítica lúcida de la jurisprudencia universitaria, mientras el proceso de administración de las protestas estudiantiles y las denuncias por agresiones sexuales avanza por una franja M bius de legalidad cambiante.

La gestión de la sexualidad se ha cosido al campus. El sexo tiene su propia unidad administrativa. Es una progresión burocrática.

--De Campus Sex, Campus Security.

La vida psíquica del campus universitario es fea. El idílico patio verde está rodeado de policías paranoicos y un ansioso equipo de gestión de riesgos. Golpean a un estudiante, empapan a otro con gas pimienta. Un profesor es arrojado al suelo y detenido, acusado de un delito grave de agresión. Mientras el campus es fiscalmente minado, el país es presa de una crisis de conciencia: la estudiante aparece ahora en los titulares como víctima de violación y como violadora. Un administrador redacta un informe. La crisis se gestiona.

Sexo en el campus, seguridad en el campus es la crítica lúcida de Jennifer Doyle a la jurisprudencia universitaria, en la era de la corporativización de los campus, el armamento «menos letal», el discurso omnipresente sobre la violación y la ansiedad litigiosa. El administrador universitario de hoy cabalga sobre una ola de inseguridad institucional, a medida que el proceso de administración de las protestas estudiantiles y las denuncias por agresión sexual avanza a lo largo de una franja M bius de legalidad cambiante. Una cosa (un delito) se convierte en otra (una infracción) y viceversa. En el campus, lo penal y lo civil convergen, normalmente en forma de una vista que imita los rituales de un tribunal militar, con sus comités secretos e informes secretos, y sus sanciones y apelaciones.

¿Qué es el campus universitario en este mundo? ¿Para quién es? ¿Qué tipo de espacio psíquico produce y vigila al mismo tiempo? ¿Qué es lo que realmente queremos cuando llamamos a la seguridad del campus?