Romanticismo político

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Título original:

Political Romanticism

Contenido del libro:

Pionero de la teoría jurídica y política, Schmitt traza la prehistoria del romanticismo político examinando su relación con las tendencias revolucionarias y reaccionarias de la historia europea moderna. Tanto los partidarios de la Revolución Francesa como sus más encarnizados enemigos se contaban entre los románticos. Durante el movimiento por la unidad nacional alemana a principios del siglo XIX, tanto los revolucionarios como los reaccionarios se contaban entre los románticos. Según Schmitt, el uso del concepto para designar posiciones políticas opuestas se deriva del carácter del romanticismo político: su cualidad impredecible y su falta de compromiso con cualquier posición política sustantiva.

El romántico actúa de tal manera que su imaginación puede verse afectada. Actúa en la medida en que se siente conmovido. Así pues, una acción no es una actuación o algo que uno hace, sino más bien un afecto o un estado de ánimo, algo que uno siente. El producto de una acción no es un resultado que pueda evaluarse según criterios morales, sino una experiencia emocional que sólo puede juzgarse en términos estéticos y emotivos.

Estas observaciones conducen a Schmitt a una profunda reflexión sobre las carencias de la política liberal. Sin el Estado de derecho liberal y su institución de una esfera privada autónoma, el santuario romántico de la experiencia puramente personal no podría existir. Sin la seguridad del ámbito privado, la imaginación romántica estaría sujeta a incursiones impredecibles. Sólo en un mundo burgués puede el individuo llegar a ser absolutamente soberano y a la vez privatizarse por completo: un maestro de obras en la catedral de su personalidad. Un orden político adecuado no puede mantenerse sobre un individualismo tan tolerante, concluye Schmitt.