Río de los Dioses - Genio, valor y traición en la búsqueda de las fuentes del Nilo

Título original:

River of the Gods - Genius, Courage, and Betrayal in the Search for the Source of the Nile

Contenido del libro:

Durante milenios, la ubicación de la cabecera del Nilo estuvo rodeada de misterio. En el siglo XIX, el antiguo Egipto despertó un gran interés.

Al mismo tiempo, las potencias europeas iniciaron oleadas de exploraciones para cartografiar los rincones desconocidos del planeta y extender sus imperios coloniales. Richard Burton y John Hanning Speke fueron enviados por la Real Sociedad Geográfica para reclamar el premio para Inglaterra. Burton hablaba veintinueve idiomas y era un soldado condecorado.

También era voluble, sutil y un ateo iconoclasta.

Speke era un joven aristócrata y oficial del ejército decidido a dejar huella, apasionado de la caza y opuesto a Burton en temperamento y creencias. Desde el principio los dos hombres chocaron.

Sufrirían tremendas dificultades, enfermedades y constantes reveses. Dos años después, en las profundidades del interior de África, Burton enfermó demasiado para seguir adelante, pero Speke sí lo hizo y afirmó haber encontrado la fuente en un gran lago al que bautizó como lago Victoria. Cuando regresaron a Inglaterra, Speke se apresuró a atribuirse el mérito, menospreciando a Burton.

Burton rebatió su afirmación y Speke emprendió otra expedición a África para demostrarlo. Los dos se convirtieron en enemigos acérrimos, y el público se puso de parte de Burton, más carismático, para gran envidia de Speke. El día antes de que debatieran públicamente, Speke se pegó un tiro.

Sin embargo, hubo un tercer hombre en ambas expediciones, cuyo nombre quedó oculto por los anales imperiales, cuyas hazañas fueron aún más extraordinarias. Se trata de Sidi Mubarak Bombay, que fue esclavizado y enviado desde su aldea natal en África Oriental hasta la India.

Cuando murió el hombre que lo compró, pasó a formar parte del ejército del sultán local y, finalmente, regresó a África, donde utilizó su ingenio, su destreza lingüística y su valor para forjarse una vida como guía. Sin Bombay y hombres como él, que dirigieron, transportaron y protegieron la expedición, ningún inglés se habría acercado a las cabeceras del Nilo, o quizá ni siquiera sobrevivido. En El río de los dioses, Candice Millard ha escrito otra historia incomparable de valor y aventura, con el telón de fondo de la carrera de las potencias coloniales por explotar África.