Revitalizar una nación: Competencia e innovación en el sistema de transporte estadounidense

Título original:

Revitalizing a Nation: Competition and Innovation in the US Transportation System

Contenido del libro:

El sistema de transporte estadounidense se compone de subsistemas interconectados que prestan servicios urbanos e interurbanos de pasajeros y mercancías y que funcionan utilizando infraestructuras que facilitan el transporte de superficie, fluvial y aéreo. El transporte reduce el coste de la distancia, que incluye el coste monetario, el tiempo de viaje o envío y las consecuencias para la seguridad del traslado de personas y mercancías desde sus orígenes hasta sus destinos. Un sistema de transporte eficiente sienta las bases para el desarrollo y el crecimiento de determinadas industrias, así como de toda una economía, al permitir que las personas y las empresas sean más productivas en sus lugares de destino.

Cuando Estados Unidos salió de la Segunda Guerra Mundial, la evolución del sistema de transporte se vio espoleada por grandes inversiones financiadas por los contribuyentes para construir el sistema de autopistas interestatales, construir nuevos aeropuertos para acomodar las mayores distancias de despegue de los aviones a reacción y diseñar nuevos sistemas de tránsito ferroviario suburbano. A primera vista, parecía que Estados Unidos iba camino de construir el mejor sistema de transporte que el dinero podía comprar.

Sin embargo, en la década de 1960, los economistas comenzaron a cuestionar el llamado enfoque de ingeniería para mejorar un sistema de transporte, que implicaba aumentar el gasto y la inversión del gobierno sin considerar políticas eficientes para optimizar el rendimiento del sistema que podrían reducir el gasto y la inversión públicos. Sin embargo, como demuestra la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo de 1 billón de dólares firmada por el presidente Biden en noviembre de 2021, se sigue dando prioridad a los grandes gastos públicos como principal forma de mejorar el transporte.

En nuestro libro, Revitalizing A Nation: Competition and Innovation in the US Transportation System, sostenemos que sería mucho más eficiente y equitativo que los responsables políticos estadounidenses dieran prioridad a una mayor competencia e innovación en lugar de depender del gasto financiado por los contribuyentes para mejorar significativamente el sistema de transporte. A partir de mediados de la década de 1970, la desregulación demostró que unas políticas eficientes podían mejorar significativamente el sistema de transporte interurbano de pasajeros y mercancías aumentando la competencia entre aerolíneas, ferrocarriles y camiones y estimulando innovaciones tecnológicas y operativas que reducían los costes y precios de los modos y mejoraban la calidad del servicio. Aportamos pruebas de que el transporte compartido ha estimulado la competencia en el transporte urbano y ha beneficiado enormemente a los viajeros, y pedimos a los responsables políticos que retiren cualquier obstáculo que impida a las empresas de transporte compartido competir en las zonas urbanas.

También presentamos pruebas de que los responsables políticos podrían generar una mayor competencia en todas las formas de transporte que beneficiaría a los viajeros y a los transportistas mediante:

--Negociar acuerdos de cielos abiertos sobre precios y servicios aéreos en las rutas internacionales de EE.UU. con todos los países.

--Conceder a las aerolíneas extranjeras derechos de cabotaje en las rutas nacionales de EE.UU., lo que podría impulsar una desregulación mundial que facilitaría el transporte aéreo internacional sin fisuras.

--Privatizar los aeropuertos y el control del tráfico aéreo para que tanto los aeropuertos como las aerolíneas puedan operar con mayor eficacia y competir más intensamente.

--Privatizar los puertos para que puedan operar con mayor eficacia y competir más intensamente.

--Desregular totalmente los ferrocarriles de mercancías y el transporte marítimo, eliminando la Junta de Transporte Terrestre y derogando la Ley Jones y la Ley de Dragas Extranjeras, así como las conferencias sobre tarifas marítimas.

--Llevar a cabo experimentos de privatización de las autopistas para explorar los beneficios potenciales y la viabilidad de la competencia privada en las autopistas de Estados Unidos.

El gobierno también tiene un papel fundamental que desempeñar en la futura adopción de innovaciones por parte del sistema de transporte, preparando y mejorando las infraestructuras para facilitar su uso por parte de coches eléctricos autónomos, camiones, autobuses, ferrocarriles, barcos, así como taxis aéreos y drones aéreos. Aportamos pruebas preliminares de que los modos autónomos tienen el potencial de proporcionar enormes beneficios a los viajeros, a los transportistas y a la economía en general al mejorar los tiempos de servicio y la fiabilidad y seguridad de los mismos. Los miembros más desfavorecidos de la sociedad se beneficiarán especialmente de la automatización porque mejorará enormemente su accesibilidad al transporte.

En definitiva, si se crea una cultura más fuerte de competencia e innovación en el sistema de transporte estadounidense, los responsables políticos pueden revitalizar la nación sin gastar enormes sumas de fondos públicos en ello.