Reunión en la cumbre entre la reina Ester y el general Temístocles (para frenar el imperialismo ateniense)

Título original:

Summit meeting between Queen Esther and General Themistocles (to stop Athenian imperialism)

Contenido del libro:

La elección que hizo Temístocles para reunirse con Jerjes (en 476 a.C.) sigue siendo un enigma para la mayoría de los historiadores.

¿Por qué este brillante estratega, que derrotó a los ejércitos imperiales de Jerjes en Salamina y era un ferviente defensor de una democracia obrera en lugar de una democracia de propietarios, fue a Persia para pactar con el enemigo? ¿Por qué Artajerjes (485-425), cuando llegó a la corte imperial en 474 a.C., lo recibió como a un héroe, lo nombró gobernador de Magnesia e incluso le concedió el derecho a acuñar su propia moneda? ¿Por qué Temístocles (536-471) quiso conferenciar con Améstrida, es decir, la reina Ester (510-426), madre de Artajerjes I (Ne 2:6), y por qué Sócrates animó a su fiel seguidor, el estratega Alcibíades, antes de que comenzara la Guerra del Peloponeso (en el 431 a.C.), a beneficiarse de la sabiduría de Améstrida? Una cronología absoluta de este periodo da respuesta a todas estas desconcertantes preguntas: Zoroastro (614-536), a quien Sócrates consideraba el primer mago, fue el adivino que Ciro conoció tras la caída de Babilonia (Daniel). Impresionado por este "mago" que le había revelado que Dios mismo le había designado para gobernar el mundo (Is 44:24-45-4), su corregente promulgó un decreto imperial (Dn 6:24-28) en el que se estipulaba que: "De ahora en adelante, los persas adorarán al Señor Sabiduría (Ahura Mazda), dios único, creador del cielo y de la tierra, creador de la felicidad del hombre", que fue el lema de todos los reyes aqueménidas.

Temístocles, que había querido reunirse con Jerjes para sustituir secretamente el protectorado persa por una alianza, a fin de evitar la guerra con los imperialistas atenienses, fue convencido por el plan secreto de Amestris, mucho más sabio, de una política no intervencionista.