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Qatar: Securing the Global Ambitions of a City-State
Pocas veces un Estado ha cambiado su carácter tan completamente en tan poco tiempo. Hasta principios de la década de 1990, Qatar se contentaba con desempeñar un papel acorde con su pequeño tamaño y era una monarquía tradicional del Golfo reacia al riesgo.
Un golpe de Estado incruento en 1995 llevó al poder a una élite emergente con una visión progresista del futuro. Financiado por las exportaciones de gas y protegido por un paraguas de seguridad estadounidense, Qatar diversificó sus relaciones exteriores para incluir a Irán e Israel, creó la cadena de televisión por satélite Al Jazeera, asumió un papel destacado en la mediación internacional y organizó varios torneos deportivos de alto nivel, que culminaron con el éxito de la candidatura a la Copa Mundial de la FIFA 2022.
Las distintas políticas de Qatar, a menudo incomprendidas, se unen para propagar una marca distintiva. Ya sea para contrarrestar a los competidores económicos regionales o para vincular aún más a Qatar a las economías de los principales países del mundo, esta marca se de- signa de forma innovadora para contrarrestar una serie de preocupaciones en materia de seguridad; en resumen, Qatar está diversificando sus dependencias.
El destacado papel de Qatar en la Primavera Árabe sigue una pauta similar, aunque la apuesta que está haciendo al apoyar a los islamistas y derrocar a los dictadores es potencialmente peligrosa: no sólo corre el riesgo de sufrir un «retroceso» al tratar con estos actores, sino que la falta de transparencia significa que los tópicos y las suposiciones amenazan con hacer descarrilar la marca Qatar.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)