Puntuación:
El libro ofrece una panorámica completa del poder aéreo naval y de la historia de los portaaviones, detallando su desarrollo y combate en diversos conflictos, especialmente en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ha sido criticado por numerosas inexactitudes y por la falta de una investigación exhaustiva, lo que afecta a su credibilidad.
Ventajas:El libro es informativo y proporciona una clara comprensión del desarrollo de los portaaviones y las estrategias navales. Incluye interesantes reflexiones sobre decisiones de liderazgo durante batallas clave y atrae a lectores ocasionales por su estilo accesible.
Desventajas:El libro contiene numerosos errores e inexactitudes, lo que lleva a cuestionar los conocimientos del autor sobre el tema. Faltan recursos y referencias clave, y se tergiversan acontecimientos históricos concretos, lo que resta calidad y fiabilidad a la información.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Carriers in Combat: The Air War at Sea
Desde la Segunda Guerra Mundial, no ha habido enfrentamientos entre grupos aéreos de portaaviones, pero los aviones de combate han sido prominentes y esenciales en cada guerra, escaramuza o acto terrorista que pudiera ser atacado desde aviones en el mar. Los portaaviones no tienen fronteras políticas.
Se desplazan a voluntad con aviones que pueden repostar en el aire para atacar objetivos a miles de kilómetros tierra adentro. Desde las improvisadas plataformas de madera de principios del siglo XX hasta los actuales superportaaviones de propulsión nuclear, Hearn explora cómo la experiencia en combate de personas clave impulsó el desarrollo, la tecnología y las tácticas de los portaaviones en las armadas de todo el mundo. A principios del siglo XX, durante la época de los dreadnaughts, los innovadores de Europa y Norteamérica empezaron a hacer volar artilugios hechos de madera, lona, alambre y un pequeño motor de combustión.
Los oficiales de la marina no tardaron en preguntarse si estos desvencijados biplanos podrían lanzarse desde la cubierta de un buque de superficie. Comenzaron los ensayos desde plataformas de madera construidas sobre las cubiertas de los coleros.
Los experimentos despertaron el suficiente interés como para que las armadas de todo el mundo empezaran a construir mejores aviones y mejores portaaviones. La novedad de un buque que podía llevar su propia pista de aterrizaje a cualquier parte de los océanos del mundo prendió con fuerza en la década de 1920 y contribuyó a inducir una nueva carrera armamentística. Mientras el resto del mundo veía los portaaviones como armas defensivas, Japón se centró en las capacidades ofensivas y produjo el mejor portaaviones del mundo en 1940.
En la Segunda Guerra Mundial, el portaaviones se convirtió en el mejor buque de superficie a flote. Desde entonces, ninguna guerra se ha librado sin ellos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)