Playing House in Provence: Cómo dos estadounidenses se hicieron un poco franceses

Opiniones de los lectores

Playing House in Provence, de Mary-Lou Weisman, son unas memorias de viaje llenas de humor y perspicacia que detallan las experiencias de la autora y su marido en su intento de vivir un poco más como los franceses durante sus estancias de un mes en la Provenza a lo largo de varios años. El libro es célebre por sus divertidas anécdotas, vívidas descripciones de la región y sinceras reflexiones sobre los retos de aprender el idioma y adaptarse a una nueva cultura. Los lectores lo encuentran cercano y encantador, y a menudo se ríen a carcajadas con el humor autocrítico y el atractivo estilo de Weisman.

El libro es entretenido y divertido, con una prosa bellamente escrita. Los lectores aprecian las anécdotas humorísticas, las experiencias de aprendizaje del francés y el retrato auténtico de la vida en Provenza. Contiene vívidas descripciones de la región y capta la atención de los lectores con su visión de la cultura y el comportamiento humano. A muchos les costó dejarlo y lo elogiaron como una lectura inspiradora para los aspirantes a viajeros.

Algunos lectores señalaron que la falta de traducción de ciertas frases en francés dificultaba a veces su lectura. Unos pocos opinaron que había demasiada ambientación e información objetiva en comparación con la reflexión personal. Los lectores lamentaron que el libro no fuera más largo, ya que disfrutaron tanto del viaje que querían más.

(basado en 22 opiniones de lectores)

Título original:

Playing House in Provence: How Two Americans Became a Little Bit French

Contenido del libro:

La escritora Mary-Lou Weisman y su marido, Larry, no querían recorrer un país extranjero; querían formar parte de él. Estaban ansiosos por traspasar el velo turístico y acercarse lo más posible a la esencia de la cultura. Nada de observar desde fuera con la nariz pegada al cristal. Anhelaban que alguien les abriera la puerta y les invitara a entrar y sentirse como en casa. Querían ser tan franceses que ni siquiera los estadounidenses les quisieran.

En septiembre de 2003, los Weisman llegaron a la Provenza francesa para la primera de cuatro estancias de un mes. Playing House in Provence les sigue en su búsqueda, a veces maravillosa, a veces humillante, siempre divertida, mientras aprenden que sentirse desorientado y estúpido a diario puede ser divertido. También lo puede ser buscar palabras en francés que necesitan para pedir indicaciones -o est la pharmacie- sólo para darse cuenta de que no hay ninguna posibilidad de que entiendan la respuesta.

Más divertido, más inteligente y más perversamente honesto que cualquier libro de memorias sobre la Provenza".

--Sybil Steinberg.

Editora colaboradora, Publishers Weekly.