Persiguiendo sueños

Título original:

Chasing Dreams

Contenido del libro:

El libro Persiguiendo sueños encierra una historia singular, aunque parte de la premisa conocida de que la vida, en esencia, es un cúmulo de aspiraciones y frustraciones. A diferencia de la mayoría de los comentarios literarios, esta historia no tiene un personaje predominante que dicte el curso de los acontecimientos. La mayoría de los actores principales de la historia desempeñan papeles predominantes al retratar sus respectivos carismas, para ese momento dar impresiones sobre sus respectivos papeles dominantes en el contexto de la historia.

La decisión de Azeem de alistarse en el ejército pakistaní en contra de la inclinación de su cariñoso Dada-ji (abuelo), la persecución de sus sueños truncados y la negación de su progresión profesional en el ejército de Bangladesh fueron sucesivas debacles. En su vida, Shafiq, el primo mucho más joven de Azeem, desempeñó un papel único y cumplió con sus responsabilidades, según las enseñanzas de Dada-ji, satisfaciendo los deseos de Dada-ji, educado en la Madraza pero muy rural, en lo que respecta a la familia. La historia gira en torno a Dada-ji y su amor y cuidado por sus nietos, Azeem y Shafiq, y su nieta, Julaikha.

La singularidad de la historia se manifiesta en el amor y el apoyo del capitán Riaz, del ejército pakistaní, la amabilidad y consideración mostradas por Babu Bijon Mohan Nag al confiar en un joven musulmán desconocido en la persona de Dada-ji, y la excepcional flexibilidad demostrada por el profesor de danza, Shibnath Bishwash, al alojar a la musulmana Bijli y a su abuela a raíz de que su casa fuera destruida. Bijli representaba la vida y el modo de vida de las fiesteras de Jatra (una forma de teatro folclórico), estaba enamorada del padre de Shafiq y del hijo menor de Dada-ji, Rakib, ambos víctimas del vuelco de un barco.

La historia personifica la muerte de Azeem, el brutal asesinato de su hijo, Fazal, en una revuelta armada por paramilitares, y el secuestro de su nieto, Ameen, que estaba creciendo. En todas las situaciones variables, nunca se abandonó la vida, y Rukiya, la esposa de Azeem, alimentó y llevó la antorcha de los sueños familiares. Lo mantuvo mientras decía Khuda-Hafeez a un nieto cariñoso en camino a una educación superior en el extranjero. La vida sigue adelante con nuevos sueños y esperanzas.