Osiris, Zeus y Odín: La historia de los dioses más destacados de los antiguos panteones egipcio, griego y nórdico

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Título original:

Osiris, Zeus, and Odin: The History of the Most Prominent Gods in the Ancient Egyptian, Greek, and Norse Pantheons

Contenido del libro:

*Incluye fotografías.

*Incluye relatos antiguos.

*Incluye recursos en línea y una bibliografía para lecturas complementarias.

Dada la abundancia de artefactos funerarios que se han encontrado en las arenas de Egipto, a veces parece como si los antiguos egipcios estuvieran más preocupados por los asuntos del más allá que por los de la vida que experimentaban día a día. Las pirámides, que han cautivado la imaginación del mundo durante siglos, son el mejor ejemplo de ello.

Así pues, no es de extrañar que Osiris fuera uno de los dioses más importantes del panteón egipcio, y bien podría ser el más famoso de los dioses egipcios actuales. Aparte de la omnipresencia del dios solar Re en gran parte de la cultura popular moderna, es Osiris quien más cautiva las mentes de los lectores modernos. Su historia es a la vez familiar y extrañamente extraña. Es el dios de los muertos, pero se convirtió en tal por el hecho mismo de su mortalidad. Todos los dioses del antiguo Egipto eran capaces de morir, pero Osiris era también un símbolo de la resurrección, no muy distinto de Cristo en la teología cristiana. Osiris fue traicionado por alguien cercano a él (en este caso, su hermano Seth) y fue asesinado y renacido, pero aquí es donde Osiris y Cristo separan sus caminos. La muerte de Osiris es brutal, y su resurrección es producto del amor que le profesa su esposa Isis.

Además, Osiris estaba asociado a los reyes de Egipto porque los egipcios creían que él mismo era un rey. Los antiguos egipcios podían rastrear a sus reyes, uno a uno, hasta una época en la que se creía que los dioses gobernaban la tierra en persona. Osiris era el tercer o cuarto sucesor al trono egipcio después de la creación, y los egipcios creían que la conexión de Osiris con la realeza era lo que permitía a sus reyes renacer en cierto modo ellos mismos. También se decía que era físicamente enorme -casi 4,5 metros según algunas fuentes-, lo que se decía que le ayudaba en sus campañas militares.

Una de las razones por las que Zeus sigue siendo uno de los dioses más reconocidos de la historia es la difusión de su influencia. Gracias a las conquistas de Alejandro Magno, Zeus fue llevado junto con otros elementos de helenización a Egipto y Oriente Próximo, y unos siglos más tarde, Roma prácticamente lo adoptó como su propio dios principal, Júpiter. A partir de ahí, se exportó por todo el Imperio Romano y se fusionó con otros muchos dioses locales. En definitiva, Zeus fue un dios prominente desde el periodo de la historia prehistórica hasta la cristianización de Grecia, que se completó a principios del siglo VII d.C.

A los observadores modernos les resulta difícil entender cómo un dios impulsivo y obsesionado con el sexo pudo despertar el amor y la admiración de tantos griegos, por no hablar de sus herederos culturales en todo el Imperio Romano. ¿Qué proporcionaba el culto a este dios a sus adoradores? ¿Cómo satisfacía sus necesidades espirituales la creencia en su existencia? ¿En qué se diferenciaba de otros miembros de su panteón? Este libro explora la figura de Zeus, incluidos sus orígenes, las historias que se cuentan sobre él, la forma en que se le rendía culto y cómo se le recuerda hoy en día.

Junto con su hijo Thor, Odín es uno de los dioses nórdicos más conocidos, y a menudo es fácil olvidar que en la Edad Media fue el centro de un panteón venerado con devoción por millones de europeos. Odín tiene numerosos nombres y títulos (más de 200 según una fuente), pero el más conocido es el de "Padre de Todo", cocreador de la Tierra ("Midgard"), la humanidad y todas las criaturas que habitan este mundo. También es, y esto es muy importante, el dios de la profecía, el éxtasis y la poesía, funciones todas ellas estrechamente relacionadas en el mundo nórdico, ya que la línea entre poeta y profeta era difusa y se consideraba que poseían su inspiración a través de una especie de furia extática. Estas funciones estaban relacionadas con el patrocinio del conocimiento por parte de Odín, especialmente del conocimiento místico, ya que fue el descubridor de las runas y los cantos mágicos que luego transmitió a la humanidad.