Isis: Historia y legado del antiguo dios egipcio de los muertos

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Título original:

Isis: The History and Legacy of the Ancient Egyptian God of the Dead

Contenido del libro:

*Incluye fotografías.

*Incluye relatos antiguos.

*Incluye recursos en línea y bibliografía para lecturas complementarias.

Puede que África diera origen a los primeros seres humanos, y Egipto probablemente a las primeras grandes civilizaciones, que siguen fascinando a las sociedades modernas de todo el planeta casi 5.000 años después. Desde la Biblioteca y el Faro de Alejandría hasta la Gran Pirámide de Guiza, los antiguos egipcios produjeron varias maravillas del mundo, revolucionaron la arquitectura y la construcción, crearon algunos de los primeros sistemas de matemáticas y medicina del mundo, y establecieron un lenguaje y un arte que se extendieron por todo el mundo conocido. Con líderes de fama mundial como el Rey Tut y Cleopatra, no es de extrañar que el mundo actual cuente con tantos egiptólogos.

Para los antiguos egipcios, como para cualquier sociedad formada por seres humanos curiosos, el mundo era un lugar confuso y a menudo aterrador, lleno de destrucción, muerte y fenómenos inexplicables. Para dar sentido a semejante existencia, recurrían a historias teleológicas. Dotar a un fenómeno de una historia lo hacía menos horripilante, y también les ayudaba a dar sentido al mundo que les rodeaba. No es de extrañar, pues, que los dioses del antiguo Egipto impregnaran todos los aspectos de la existencia.

Isis aparece por primera vez durante el periodo del Reino Antiguo (ca. 2660-2190 a.C.), pero sólo más tarde asume su papel más famoso de hermana-esposa de Osiris. Originalmente, es simplemente la madre de Horus y los detalles que rodean su concepción son más oscuros. Su ausencia en los mitos originales sobre Osiris queda confirmada por el hecho de que sus apariciones en Abydos, un famoso centro de culto a Osiris, son escasas hasta el Reino Nuevo (ca. 1549-1069 a.C.). De hecho, Isis no tuvo ningún centro de culto conocido durante la mayor parte de la historia dinástica del antiguo Egipto, aunque esto no pareció tener un efecto negativo en su culto.

Isis era una de las nueve deidades principales del panteón egipcio llamado la Enéada y su jeroglífico era el trono, un glifo que más tarde la relacionaría con Osiris, cuyo jeroglífico era un trono y un ojo, y con la realeza en general. De hecho, como diosa del trono, llegó a representar a la «madre» de todos los reyes de Egipto. Sin embargo, independientemente de sus atributos reales, Isis era fundamentalmente una sanadora y pacificadora. Sin embargo, con el paso del tiempo y la influencia del mundo exterior, sobre todo de Grecia y Roma, Isis pasó a ser vista como la iracunda protectora de Egipto y sus reyes. Según las fuentes, era «más inteligente que millones de dioses» y más capaz de proteger al país que «millones de soldados».

Lo más fascinante de Isis es el poder que ejerce en sus mitos, sobre todo en el más famoso, el del ciclo de muerte y renacimiento de Osiris. En este mito muestra incluso rasgos de mujer embaucadora, que es mucho menos común en la mitología mundial que su equivalente masculino. Según una fuente del Nuevo Reino, Isis se transformó en una anciana para engañar al barquero divino entre los mundos de los vivos y los muertos, y también se transformó en una joven para conseguir que Set admitiera que su reclamación de poder era injusta. Al mismo tiempo, creó pilares culturales y geográficos -como el Nilo- y fue venerada como diosa ayudante.

Es curioso que, hasta la XXX Dinastía, Isis fuera venerada en los templos de otros dioses, ya que no tenía un centro de culto propio. Durante la XXX Dinastía, esto cambió con la construcción de dos grandes templos en su honor en el delta del Nilo. Más tarde, los gobernantes ptolemaicos y romanos de Egipto desarrollarían estos lugares y su culto sobreviviría a la abolición draconiana de la religión pagana en Egipto e incluso sería transportada fuera de Egipto, ya que Isis era venerada y adorada en los confines del Imperio Romano.