Noventa y nueve historias de Dios

Opiniones de los lectores

El libro presenta una colección de relatos muy breves que se describen como extraños, crípticos y poco convencionales. Los lectores tienen sentimientos encontrados sobre su contenido y estilo: muchos aprecian la originalidad y el humor de su escritura, mientras que otros la critican por carecer de una estructura narrativa tradicional o de inspiración.

Se alaba su originalidad, su humor ingenioso y su capacidad para hacer reflexionar. Muchos lectores lo encontraron atractivo y apreciaron el estilo distintivo de Joy Williams, describiendo las piezas como surrealistas y reminiscentes de los koanes zen. Algunos señalaron que el libro es de lectura rápida y destacaron su capacidad para provocar reflexiones profundas, lo que lo convierte en una contribución única a la literatura.

Varios lectores se mostraron decepcionados por la falta de argumentos tradicionales o temas edificantes, y consideraron que las historias eran desconcertantes o incluso molestas. Algunos opinaron que el contenido era demasiado breve y se dirigía a un público limitado, mientras que otros lo criticaron por carecer de profundidad y compasión. Unas pocas reseñas expresan el deseo de narraciones más sustanciosas, lo que indica que este libro puede no gustar a todo el mundo.

(basado en 71 opiniones de lectores)

Título original:

Ninety-Nine Stories of God

Contenido del libro:

Joy Williams, finalista del Premio Pulitzer y del National Book Award, posee un don único para captar tanto el absurdo como la oscuridad de la vida cotidiana. En Noventa y nueve historias de Dios, aborda una de las preocupaciones más desconcertantes de la humanidad: el Ser Supremo.

Esta serie de breves viñetas de ficción explora nuestras interacciones cotidianas con un Dios siempre esquivo y arbitrario. Es el Libro de Oración Común visto a través de un espejo: una colección poderosamente vívida de momentos vitales aparentemente aleatorios. Las figuras que rondan estas historias van desde Kafka (hablando con un pez) a los aztecas, pasando por Tolstoi, Abraham y Sara, O.

J. Simpson o una manada de lobos.

La mayoría de los personajes de Williams, sin embargo, son como el resto de nosotros: luchadores anónimos y vagabundos que rozan a Dios en los lugares menos esperados o van en su busca cuando Él está ahí mismo. El Señor aparece en un concurso de comer perritos calientes, en un derbi de demolición, en una gala formal y en una farmacia, donde hace cola para vacunarse contra el herpes zóster.

Por momentos cómica y anhelante, lírica y aforística, Noventa y nueve historias de Dios es la destilación pura de uno de nuestros grandes artistas.