Puntuación:
We Shouldn't, de Vi Keeland, es un romance de oficina entre enemigos y amantes, humorístico y emocional, con una fuerte química entre los personajes principales, Bennett y Annalise. La historia es rica en bromas dinámicas y desarrollo de personajes, destacando las complejidades de su relación en medio de luchas personales. Los lectores aprecian el atractivo estilo de escritura y la trama bien elaborada, aunque algunos encontraron problemas con ciertos rasgos de los personajes y errores de edición.
Ventajas:⬤ Diálogos atractivos e ingeniosos que crean una fuerte química entre los personajes.
⬤ Profundo desarrollo de los personajes, con Bennett y Annalise retratados como individuos complejos.
⬤ Una mezcla de humor y profundidad emocional, que hace que la historia sea cercana y agradable.
⬤ Buen ritmo, con un romance a fuego lento que mantiene enganchados a los lectores.
⬤ Notable estilo de escritura de Vi Keeland, conocida por crear narraciones convincentes.
⬤ Algunos lectores consideraron que algunos aspectos del carácter de Annalise, en particular sus reacciones emocionales, eran molestos o problemáticos.
⬤ El comportamiento inicialmente grosero de Bennett y su falta de respeto hacia Annalise suscitaron preocupación entre algunos lectores.
⬤ Ciertos errores de edición restaron valor a la experiencia general de lectura.
⬤ El argumento se consideró a veces familiar y reminiscente de otras novelas románticas, lo que podía reducir su singularidad.
(basado en 640 opiniones de lectores)
We Shouldn't
Bennett Fox entró en mi vida un lunes por la mañana de lo más horrible.
Llegaba tarde al primer día de mi nuevo trabajo, un trabajo por el que ahora tendría que competir a pesar de haber trabajado ocho años para ganármelo, debido a una fusión inesperada.
Mientras cargaba con mis pertenencias hasta mi nueva oficina, una empleada del parquímetro me puso una multa.
Había multado a una larga fila de coches, excepto al Audi que tenía delante, que era de la misma marca y modelo que el mío.
Molesto, decidí regatear mi multa al coche que había eludido la multa. Lo más probable era que el propietario la pagara y no se enterara de nada.
Pero rompí accidentalmente el limpiaparabrisas mientras deslizaba la multa en la ventanilla del coche.
En serio, mi día no podía ir peor.
Las cosas empezaron a animarse cuando me encontré con un hombre guapísimo en el ascensor. Tuvimos uno de esos breves momentos que sólo ocurren en las películas.
Ya sabes cómo es... tu cuerpo se enciende, estallan fuegos artificiales y el aire que te rodea chisporrotea de electricidad.
Su mirada acalorada me dejó ruborizada cuando salí del ascensor.
Tal vez las cosas aquí no serían tan malas después de todo.
O eso pensaba.
Hasta que entré en el despacho de mi nuevo jefe y conocí a mi competencia.
El hombre guapísimo del ascensor era ahora mi némesis. Su acalorada mirada no se debía a ninguna atracción mutua. Era porque me había visto destrozar su coche. Y ahora no podía esperar para aniquilar a su rival.
Hay una delgada línea entre el amor y el odio, y no deberíamos cruzarla.
Pero cruzar esa línea puede ser muy divertido.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)