Puntuación:
La propuesta del verano de Vi Keeland es un romance cautivador y sincero que sigue a Georgia, una empresaria motivada, y a Max, un encantador jugador profesional de hockey, en su inesperada relación en medio de sus luchas personales. La trama presenta temas de autodescubrimiento, bromas divertidas y profundidad emocional, con diversos arcos de personajes que atrapan a los lectores desde el principio.
Ventajas:Personajes atractivos y bien desarrollados, en particular Georgia y Max, que muestran una gran química. La escritura es enérgica y realista, capturando con éxito acontecimientos de la vida relacionados. La historia equilibra el humor con la profundidad emocional, lo que la convierte en una lectura divertida y desenfadada. La inclusión de retos reales y de un final feliz le añaden encanto.
Desventajas:Algunos lectores consideraron que el marketing era engañoso, ya que sugería que el libro se centraría más en el romance del hockey que en los temas más profundos presentados. Además, a algunos les pareció que la resolución era abrupta, dejando un deseo de un mayor cierre en el tono más ligero establecido anteriormente en la historia. El personaje de Georgia se percibió como ocasionalmente molesto, lo que restó valor a la experiencia general para algunos.
(basado en 758 opiniones de lectores)
The Summer Proposal
La primera vez que conocí a Max Yearwood fue en una cita a ciegas.
Max era increíblemente guapo, divertido y teníamos una química fuera de serie. También tenía los hoyuelos más grandes que jamás había visto.
Exactamente lo que necesitaba después de mi ruptura.
O eso creía...
Hasta que llegó mi verdadera cita.
Resultó que Max no era a quien yo iba a conocer. Sólo fingió serlo hasta que mi cita real apareció.
Decir que estaba decepcionada sería quedarme corta.
Antes de irse, me dio una entrada para un partido de hockey a unas manzanas de distancia, por si las cosas no funcionaban en mi cita real.
Metí la entrada en el bolso e intenté disfrutar del hombre que se suponía que iba a conocer.
Pero mi cita a ciegas real y yo no teníamos ninguna conexión.
Así que, de camino a casa, decidí arriesgarme y pasarme por el partido.
Cuando llegué, el asiento de al lado estaba vacío.
Decepcionado de nuevo, decidí marcharme al final del periodo.
Justo antes de que sonara la bocina, uno de los equipos marcó y todo el estadio enloqueció.
La cara de un jugador apareció en el Jumbotron. Llevaba casco, pero me quedé helado cuando sonrió.
Lo has adivinado: Hoyuelos.
Al parecer, mi falsa cita a ciegas no me había invitado a ver hockey con él, me había invitado a verle jugar.
Y así comenzó mi aventura con Max Yearwood.
Era todo lo que necesitaba en ese momento: divertido, sexy, dispuesto a todo y sólo unos meses, ya que había fichado por un nuevo equipo a cinco mil kilómetros de distancia.
Max propuso que pasáramos el verano ayudándome a olvidar a mi ex. Parecía un buen plan. Las cosas no podían ponerse demasiado serias cuando teníamos fecha de caducidad. ¿Verdad?
Aunque, ya sabes lo que dicen sobre los planes mejor trazados.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)