My Modern Movement
Para los de gustos avanzados, el Movimiento Moderno fue un correctivo bienvenido a la degradada estética del mundo comercial.
Los productos de la industria ligera eran tan ignorantes en los años veinte y treinta como las viviendas colectivas, y ambos se interesaban poco por el pensamiento idealista que pretendía poner la arquitectura y el diseño al servicio del progreso social. Robert Best, uno de los principales industriales británicos de la época, compartía el objetivo de una mejor educación de las masas, pero los promotores del Modernismo le molestaban por razones que le resultaban difíciles de entender.
Si unos pocos sabían más que la mayoría y tenían la obligación de elevarlos, les gustara o no, ¿dónde quedaban los principios democráticos de los que se enorgullecía nuestra sociedad liberal? Best consideraba que la campaña para popularizar el diseño funcionalista llevaba la propaganda a un terreno que tenía incómodas connotaciones políticas. En estas extraordinarias memorias, escritas a principios de la década de 1950 pero inéditas, Best explora su preocupación por el sentido de nobleza obligada que se escondía tras organismos como el Consejo de Diseño Industrial, creado en 1944 aparentemente para aumentar la capacidad de venta y la calidad de la fabricación británica, pero también, en su opinión, para lavar el cerebro al público para que renegara de lo que le gustaba en favor de alternativas más cultivadas pero no probadas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)