Max Carrrados, el detective ciego

Título original:

Max Carrrados, the Blind Detective

Contenido del libro:

Max Carrados es un detective ciego ficticio de una serie de relatos y libros de misterio escritos por Ernest Bramah a partir de 1914. Las historias de Max Carrados aparecieron junto a las de Sherlock Holmes en la Strand Magazine, en la que a menudo ocupaban los primeros puestos, y con frecuencia superaban en ventas a su eminente contemporáneo de la época, aunque no lograran la longevidad de Holmes.

Max Carrados y su cómplice habitual, el Sr. Carlyle, son presentados en la primera historia, "La moneda de Dionisio". Carlyle es un investigador privado que dirige una agencia de investigación privada que se ocupa principalmente de divorcios y desfalcos. Se dirige a Wynn Carrados para que emita un dictamen pericial sobre un tetradracma de Dionisio el Viejo de Sicilia que cree que puede ser una falsificación. En su encuentro, el ciego Carrados reconoce inmediatamente a Carlyle por su voz como su antiguo amigo del colegio, Louis Calling. Carlyle le reconoce a su vez como Max Wynn.

Max explica que su independencia económica se la debe a un primo americano rico que le dejó una fortuna a condición de que adoptara el apellido Carrados. Quedó ciego unos doce años antes de la primera historia como consecuencia de un incidente mientras montaba a caballo. Carlyle, antiguo abogado, fue expulsado por su supuesta implicación en la falsificación de una cuenta fiduciaria. Tras este escándalo, cambió de nombre y creó la agencia de investigación.

Carrados disfruta revelando sus explicaciones de los misterios a través de poderes de percepción, que deberían estar a disposición de cualquier vidente, pero que en su caso se ven acrecentados en compensación positiva por su deficiencia visual. Ante la idea un tanto descabellada de que un ciego pueda ser detective, Bramah se esforzó en comparar los logros de su héroe con los de ciegos de la vida real, como John Fielding, el magistrado de Bow Street, de quien se decía que podía identificar a 3.000 ladrones por su voz, y Helen Keller.