Mary Helen
Veo lo alto que he llegado, y comprendo que ni siquiera mi pasado sucio y desesperanzador fue capaz de impedirme alcanzar lo que me esperaba al final del camino.
Con orgullo alzo los ojos y contemplo con alegría los hermosos colores del horizonte y la confianza de que en el futuro aún queda más por conquistar, porque para quien nunca se rinde, el cielo es el límite. Tal vez lo único de lo que irónicamente me privó el destino fue de vivir intensamente el amor verdadero, pero éste es sin duda el precio de semejante victoria que me ha regalado la vida.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)