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En general, «Mañanas en Florencia» de John Ruskin ofrece una guía detallada y personal del arte florentino, centrándose especialmente en Giotto. A pesar de que algunos críticos lo encuentran farragoso o anticuado, muchos aprecian el estilo informativo de Ruskin y las ricas descripciones de las obras de arte. El libro sirve tanto de texto de historia del arte como de guía práctica para amantes del arte y turistas. Sin embargo, su profundidad puede no resultar atractiva para todos los lectores, especialmente para aquellos que no estén específicamente interesados en el arte eclesiástico o en temas renacentistas.
Ventajas:⬤ Descripciones detalladas e informativas del arte florentino
⬤ estilo de escritura atractivo y humorístico
⬤ sirve de guía útil para los amantes del arte que visitan Florencia
⬤ gran disponibilidad como copia digital gratuita
⬤ ofrece una visión de las obras menos conocidas
⬤ mejora la comprensión y apreciación del arte.
⬤ Algunos lo encuentran farragoso y carente de profundidad en comparación con otras obras de Ruskin
⬤ puede considerarse árido y anticuado
⬤ inadecuado para lectores no interesados en el arte eclesiástico
⬤ posible frustración por las citas en latín sin traducir
⬤ requiere un interés previo en el tema.
(basado en 23 opiniones de lectores)
Mornings in Florence
Mañanas en Florencia es un recorrido de John Ruskin por una de las ciudades más bellas del mundo. John Ruskin nació en Inglaterra en 1819.
Fue crítico de arte, arquitectura y sociedad. Fue un sabio victoriano y un pintor de talento. Con sus escritos pretendía provocar un cambio cultural y social generalizado.
La combinación de la intensidad religiosa del Renacimiento Evangélico y el entusiasmo artístico de la pintura romántica inglesa sentó las bases de las opiniones posteriores de Ruskin. La Enciclopedia Británica resume a Ruskin de la siguiente manera.
"Ruskin ha sido redescubierto gradualmente. Su importancia formativa como pensador sobre la ecología, sobre la conservación de edificios y entornos, sobre la pintura romántica, sobre la educación artística y sobre el coste humano de la mecanización del trabajo se hizo cada vez más evidente.
La extraordinaria calidad de sus propios dibujos y acuarelas (modestamente considerados en vida como apuntes de trabajo o bocetos de aficionado) fue cada vez más reconocida, al igual que su papel como estímulo del florecimiento de la pintura, la arquitectura y el arte decorativo británicos en la segunda mitad del siglo XIX".
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)