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¿Adónde va el texto una vez leído? La escritura asémica pura es la disolución total del texto, dejando huellas de la mano humana. Estas obras ocupan el espacio entre el texto visual inicial y el resultado asémico puro.
Tomadas inicialmente de revistas impresas, seleccionadas principalmente por las formas del texto y la tipografía, estas obras son estados visuales/concretos del proceso anterior. Reflejan la pérdida de memoria, la comprensión parcial del significado y la aportación sensorial no verbal. Éstas también se evaporarán a diferentes velocidades, dependiendo de cómo se introduzcan y de la "lectura" que haga el espectador.
El elemento adicional de lo que parece movimiento representa el papel activo de la escritura física, el paso del tiempo y la pérdida de significado.
Las obras comienzan cuando Helmes encuentra revistas con estilos tipográficos interesantes. Trabaja principalmente con impresión en negro, ya que considera que el color es un significado intrusivo, y luego arranca páginas seleccionadas como primer paso.
A continuación, aplica tinta china sobre papel normal de 8-1/2" x 11" utilizando una espátula o una goma de borrar. Las marcas de tinta se hacen con un movimiento de escritura libre que no sigue la típica cuadrícula tipográfica. Una vez finalizada la imagen general en tinta, las páginas de la revista se rompen en elementos individuales que se colocan en la página y dentro del marco de las marcas de tinta.
El significado original de la tipografía se altera y pierde sus referencias. El tipo se vuelve entonces sugerente, sobre todo cuando las diversas formas se colocan en nuevas relaciones con otras "letras". Normalmente unidas a las líneas de tinta, las letras comienzan su disolución total en la nada.
Sin que el lector pueda referirse al texto original, aporta al proceso sus ideas/pensamientos sobre lo que el texto "dice". A veces se incluyen palabras enteras o grupos de palabras, pero su selección se basa exclusivamente en una necesidad visual, no en el sentido del lenguaje.
Helmes cree que estas obras se convierten en imágenes posteriores y amplían el proceso de lectura y memoria a una forma única y una imagen retiniana que se adhiere a lo que queda de la memoria lingüística. Al convertirse en una obra completa, prolongan la vida de la revista/texto/escritura, en lugar de limitarse al recuerdo del significado textual. A algunas de las primeras obras se les dio el título de "Huesos", con el que se pretende transmitir que el lenguaje se ha despojado de la "carne" de la palabra y se ha quedado con lo más básico de su forma.
Las obras posteriores sólo llevan fecha y no contienen más referencias, lo que permite concretar la transición a la escritura asémica.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)